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Un despertar de despertares - Acompañamiento a la travesía por la vida en Finlandia: Sápmi, Suomi.

Publicado en Camino al Andar

24de noviembre de 2023

Por Colectivxs e individualidades en Finlandia: Sápmi, Suomi.

Un despertar de despertares - Colectivxs e individualidades que acompañaron la travesía por la vida en Finlandia: Sápmi, Suomi



El mensaje llego rotundo,


allá vamos!


¿A dónde?


¿A dónde tu imaginación aguante?


La invitación retumbo haciendo del océano un tambor. ¿Qué una montaña quiere atravesar el mar? ¿Qué si era entonces un barco o un sup-marino? Con eso de que los Zapatistas ya se habían anticipado a cualquier infortunio, y con la determinación de que la montaña se movería, a trote o a flote. Un despertar de alegría y emoción hizo latir los corazones de quienes se sentían convocados. En las latitudes nórdicas se adhirieron fuerzas y voluntades tanto individuales y colectivas de sumarse al llamado.


Entonces nos volteamos a ver y preguntar quien mas había escuchado, como si quisiéramos confirmar que lo que había salido esa tarde de la realidad era en realidad esa invitación a salir de la banca e incorporarse al juego. Esta vez, ese memorable grito de bolita por favor! Se convirtió en el silbido de la bandita que te alerta a amarrate las agujetas y ponerte a calentar por que te toca!


¿Y entonces que hacemos? Dicen l@s compas ¿qué quien más le entra? Y así empezaron a llover las preguntas. ¿Será que si juntamos suficientes jugadores? ¿Será que el balón esta ponchado o solo desinflado? ¿Y de cuantos hacemos los equipos? ¿Pero ahora como le vamos a hacer si nadie nos avisó con tiempo para construir un estadio? ¿Quién sabe dónde quedo la cal para dibujar la cancha? ¿Quién se anima a tejer la red para la portería? ¿Pero de donde sacamos la cuerda pues? ¿Hace falta o solo ponemos un par de piedras? ¿Cómo decidimos quien empieza el juego, por volado o qué? Y claro que no falto l@s que ya rápido empezaron a apartar las posiciones en la cancha y en las gradas que aun ni se ponían, o a debatir si se iba a jugar de tal o cual modo.


¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? Y sobre todo ¿Por qué? Detonaron los procesos de preparación y como era de esperarse, nos haría también surcar–a favor y en contra–de viento y marea para preparar la recepción. Esta invitación a navegar junt@s abrió espacio para las certezas e incertidumbres que nos llevaron a coincidir y disentir, equivocarnos, acertar y reflexionar. Como era de esperarse los procesos no fueron fáciles.


“Las comunidades nos enseñaron que tienen el suficiente nivel organizativo para enviar a decenas de representantes a diversos países y sobrepasar los obstáculos, como cuando el gobierno mexicano estaba retrasando la emisión de los pasaportes, o cuando algunos países europeos no querían dar entrada a la delegación zapatistas excusándose en la pandemia de COVID-19. En Finlandia poca gente conoce la historia del movimiento zapatista y su lucha. La visita de la delegación a este país representó la posibilidad de conocerse en nuestras similitudes y diferencias.”


Si bien fue cierto que coincidimos en la interpelación de acuerpar La Travesía por la Vida. También fue cierto no teníamos ejercitadas las formas necesarias de articular los distintos modos de organizarnos, de reconocer coyunturas, traducir entre contextos y vincular urgencias. Esto nos llevó a aprender acuerparnos en las distancias y en la autocrítica, pero algunas veces también a fallar y replegarnos en las diferencias. Así, la activación solidaria, la confianza y apoyo mutuo se volvieron motores del recorrido.


“Además de los estragos que la ‘Extemporánea’ enfrentó allá en México; […] de este lado también tuvimos diversos momentos de tensión que pusieron en evidencia las diferencias de las formas del, CÓMO y el POR QUÉ hacemos las cosas. En cuanto al CÓMO, quizás las diferencias culturales fueron las que se vieron acentuadas […]. En cuanto al POR QUÉ hubo algunos momentos de tensión y suspicacias que coadyuvaron a la aparición de sentimientos de extrañeza y alejamiento entre los que fuimos parte del proceso. A la fecha aún no alcanzamos a entender lo que sucedió exactamente, pero si identificamos dos sucesos que contribuyeron en mellar la confianza interna. [Sin entrar más en detalles: la difamación como intento de boicot, y la falta de articulación de base para la vinculación entre agendas.]”


Este regalo de reconocernos desde la rebeldía propicio encuentros y desencuentros ideológicos, quedando latente la necesidad de debatir, expandir y contextualizar nuestros razonamientos. De practicar la palabra y la escucha como eje cotidiano para la construcción comunitaria y las intersecciones entre formas de hacer política. Quedo expuesta la necesidad de seguir aprendiendo de los principios de organización autónoma Zapatista, y de las prácticas asamblearias y de encuentro del CNI-CIG. También la necesidad de generarnos foros que respondan a las construcciones e intercambios colectivas conscientes de nuestros contextos específicos que fuera de idealismos nos acerquen a conocimientos concretos y sus limitantes. Foros que propicien debatir las intersecciones y demarcar las diferencias ideológicas sin caer en generalizaciones que inhiban las posibilidades de poner en práctica las imaginaciones políticas.


“La visita de los Zapatistas a Finlandia reunió a una gran cantidad de grupos que trabajan a nivel de base, de forma organizada, probando la democracia directa o un modelo de toma de decisiones democrático inspirado en el confederalismo democrático, que no se había visto antes a esta escala, lo que fue increíblemente inspirador. Sin embargo, debido a la resistencia de [algunos] compañeros hombres, no incluimos los métodos del movimiento kurdo por la libertad de tekmil o crítica y autocrítica en el trabajo, lo que fue un error. Sería algo a incluir para otro trabajo. […]”


Ese llamado que anuncia un “agárrate que allí te voy”, era justo la respuesta anticipada EZetalera de la famosa pregunta ¿y tú qué? Así pues, cargados de futuros imposibles, ese histórico agárrate que allí va el 421–y espérate que también viene La Extemporánea, nos hizo darnos cuenta de algo. Que, en nuestro síndrome de vigía anti-capitalista, anti-colonial, anti-patriarcal, cada quien miraba desde su huequito de este lado del muro, pero nos habíamos dejado como secundario lo de platicar entre nosotr@s lo que veíamos en conjunto.


“Una memoria inspiradora de la visita de la delegación Zapatista en [Sápmi y Suomi] Finlandia fue una conversación espontánea que teníamos en una cena después de un día lleno de programa. Discutimos el feminismo y cómo se ve el patriarcado en nuestras vidas, y podríamos ver que aunque usamos diferentes palabras y venimos de contextos muy diferentes, nuestras experiencias tienen mucho en común. En ese momento me pareció que compartir nuestras luchas unieron a dos mundos muy diferentes y lejanos, y aún ese recuerdo me hace sentir más cercana y tener una relación personal con la lucha de los Zapatistas.”


Ante la necesidad de organizarse, algun@s pues respondían con la pragmática salida de “me avisan ya que sepan exactamente qué hacer, cuándo y cuántos llegan.” Algun@s más con nervios como cuando te visitan familiares que no has visto en años, se pusieron a enlistar todo lo que les gustaría–o no–hacer con ell@s; y ya de paso también a revivir memorias, sueños y alguna que otra duda o posible reto. Pero el reto real fue el planear con l@s compas-de l@s compas-de l@s compas, o sea que aun ni conocíamos, pero que también querían imaginar otras más cosas que hacer y no hacer. Y que además también tenían otras formas de hacer y no hacer. Fluyeron emociones, contradicciones, dudas, miedos, pero también sueños, deseos, y acciones.


“Nos alegró mucho la visita de las zapatistas y compartir la vida y las cosas relacionadas con la lucha con ellas durante la semana. Fue muy impresionante observar cómo hablan y comportan como delegadas de su movimiento. Nos quedamos inspiradas por cómo la delegación incluyendo mujeres jóvenes estuvieron educadas por su movimiento antes de la gira y ya tenían sabiduría de su historia, porque luchan, y que están defendiendo. No es algo que estamos acostumbrados a ver en nuestr@s companer@s aquí en nuestro contexto local y viendo mujeres haciendo eso sentía muy prominente.”


Entonces no quedo más que devolvernos la pregunta ¿y nosotr@s qué? Los que quedamos de este lado del muro hace unos 500 años. ¿Será que si estamos en forma? ¿Cuándo fue la última vez que nos pasamos el balón entre nosotr@s?


“Ya antes de la visita pudimos ver como nuestro movimiento y grupos diferentes estaban saliendo de la parálisis que el Covid-19 había creado. De repente había esperanza y energía para hacer cosas de nuevo. Habiendo dicho eso, también teníamos conflictos antes, durante y después de la visita, y nos ha abierto nuestros ojos de nuevo de que en realidad faltamos en nuestras formas de organización aquí. La gira de la vida nos ha confirmado el pensamiento, que necesitamos afilar nuestra capacidad a escuchar experiencias diferentes y diversas que tienen nuestras companer@s y dar crítica entre nosotr@s constructivamente y con compañerismo.”


Así pues, también como no podía esperarse menos de la ironía EZetalera, el regalo mayor no fue la llegada sino la retirada. Ese vacío de cuando se rompe la taza y cada quien (ósea la visita) se va a su casa, pero queda aún limpiar y claro repartir los itacates y hacer la sobremesa.


“La visita de la caravana zapatista nos deja pensando en la necesidad de seguir creando espacios de encuentro e intercambio para los diversos puntos de vista. Espacios para la reflexión, el acompañamiento y el hacer desde una comunidad de voluntades. Mirando más allá de nuestros propios círculos, pero sin perder la noción de nuestros bordes. Pero, sobre todo, nos deja pensando en lo necesario que se convierte el poner en práctica eso llamado autocrítica, la horizontalidad y el anti-colonialismo desde las relaciones que entablamos en el día a día, en cada acción. Queremos, deseamos que eso que nos quita fuerza y nos deja aislados en esta lucha por la vida, no siga reproduciéndose en nuestros corazones.”


Si es que aprendimos algo, sería pues, que el mole recalentado es siempre más sabroso. Y entonces no nos queda más que preguntarnos entre los que nos quedamos a juntar los pedacitos de la taza rota, celebrando que lo bailado nadie nos lo quita! ¿Y tú qué pues? ¿Quién más trae cubetas para terminar de lavar los platos? ¿Quién más viene mañana al recalentado? ¿A qué hora nos vemos para la revancha? ¿A quién más le mandamos tamales? Y no faltará quien pregunte ¿Y si alcanzará pa’ tod@s? ¿Será que nos ponemos a hacer más? ¿Alguien tiene la receta?


Arre! Que el trabajo y hambre no se acaba. L@s que atizan la leña es porque tienen hambre…de digna rabia y alegre rebeldía.



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