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La glorieta se queda

Publicado en Camino al Andar

13 de noviembre de 2022

Por Araceli Osorio Martínez


La glorieta se queda, la glorieta resiste. Es parte de esta guerra contra lo que nos quieren obligar a dejar de luchar, a dejar de nombrar en esta guerra que no termina de ser reconocida, que no termina de nombrarse.


Pareciera que el decir la palabra guerra nos hace voltear a otro lado, les obliga a voltear a otro lado, tomar en cuenta que nosotres tenemos que estar acá no sobreviviendo sino resistiendo. Esa forma que tiene el Estado y sus instituciones de todos los días querer desgastarnos en esta lucha que pareciera no tener fin. Nosotras viviendo esto que no pedimos, porque al final pareciera que nos dicen que ¿por qué salimos a las calles? Hace tiempo fue muy emblemático cuando unos medios de comunicación nos preguntaron: ¿por qué el coraje? ¿por qué la rabia? ¿por qué tienen que salir a quemar a intervenir a pintarlo todo? ¿Por qué la rabia de estas mujeres? Y nosotras, que de por sí hemos aprendido de nuestras compañeras y compañeros zapatistas les contestamos que la rabia era porque nos están asesinando. Y que nunca más iban a tener la comodidad de nuestro silencio, que no somos nosotras las que queremos salir un día a las calles porque sí, sino porque estamos obligadas a hacer esto. Porque amorosamente lo primero que tenemos que defender, cuando nos arrebatan a una cuando, nos arrebatan a otre, es salir a las calles y decir: estamos indignadas, estamos hartas de que nos asesinen, que estamos hartas de que nos secuestren, de que alguien se las lleve con fines muy perversos y modos de operar muy conocidos.


Nos están asesinando por el simplemente hecho de tener cuerpos feminizados pero que ante eso hemos perdido el miedo y no vamos a dejar de salir a las calles, no vamos a dejar de seguirles nombrando, no vamos a dejar de salir caminando la memoria, porque lo que tenemos nosotras es la vida. La vida que les arrebataron a ellas la tenemos nosotras, al momento que tenemos el compromiso de salir y de nombrarlas. Porque la memoria cuando es colectiva solo entonces es memoria. Porque hemos dicho una y otra vez que no solo queremos contar personas asesinadas, secuestradas, mutiladas y violentadas, en esta guerra en la que nos encontramos, nosotras no solo queremos contar el horror al que nos estamos enfrentando, no solo queremos decir que en México país feminicida se asesinan todos los días de 11 a 13 mujeres sin que el estado y sus instituciones como responsables -y no como autoridades, porque no les vamos a dar ese grado.


Nosotras no nos sentimos representadas y por eso tenemos que construir nuevas formas, desde el dolor, desde la rabia, desde la resistencia, desde la indignación porque tenemos derecho a indignarnos, porque tenemos derecho a la memoria. Y en ese buscar justicia, verdad, memoria nos hemos encontrados tantas y tantes, y nos hemos encontrado porque siempre hemos estado del mismo lado, nos hemos encontrado porque nos indigna lo mismo, nos hemos encontrado porque en esta guerra siempre estamos abajo y a la izquierda.


El día de hoy ha sido complejo porque ha sido estar en dos lugares institucionales y eso cuesta mucho trabajo compañeras, porque nosotras de lo que nos nutrimos son de los espacios reparadores, de estos espacios, de los espacios que otrxs desde hace mucho han ido construyendo para que hoy podamos estar aquí en una universidad que ha sido defendida y que siga siendo publica, gratuita y laica. Con la amenaza siempre encima.


Nosotras hemos decidido estar acá porque queremos decir lo que está pasando en México y lo queremos decir en todos lados. Estamos acá porque somos parte de esta historia y porque queremos decirles a las que todavía no nacen, porque vemos lejano que esto pare si no nos organizamos, si no nos encontramos, si no nos cobijamos, si no nos abrazamos, que esto pare. Queremos decirles a esas mujeres a esas niñas, adolescentes, queremos decirles a esos varones también, lo que hicimos para que ellas ya no vivan esta realidad, para que esto sea el pasado, porque es nuestra obligación construir futuro desde lo que tenemos. Y si lo que tenemos es dolor pues construyamos también desde ahí. Hemos dicho que el dolor no puede detenernos, el dolor lo tenemos que transitar, lo estamos transitando, el dolor es un tránsito y lo que sigue en ese transito amoroso y acompañado es organizar la rabia como nos han enseñado nuestras hermanas zapatistas que un día decidieron cubrirse el rostro para ser visibles en medio de esta guerra.


En un país en guerra, en un país en llamas, en un país, así como pueden imaginar que nosotras lo único que decimos es que estamos aquí y ponemos el corazón, ponemos el amor, la esperanza por la vida por otra vida, porque no vamos a aceptar jugar un papel en esta guerra, porque no es nuestra guerra. Porque nosotres lo que apostamos es a la vida, como han dicho nuestras hermanas “nuestra lucha es y será siempre por la vida” y no, esta guerra no nos pertenece, esta guerra está aquí, nos toca, nos interpela, nos cuestiona, nos obliga a organizarnos, pero no es nuestra. Lo que sí es nuestra es la solidaridad, el cariño por quienes son como nosotras, con ellxs queremos caminar, queremos transitar el dolor, organizar la rabia y defender la alegría por la vida, por el conocimiento. La alegría por el acompañamiento, la alegría porque estamos aquí y ahora, de lo que se trata es de construir y sembrar para el futuro y claro que no, no aceptamos que nos metan en esta su guerra.


Para eso necesitamos seguirnos nombrando, reconociendo, tomando de la mano para caminar juntes con quien es y sea posible, con quien en este momento este dispueste a caminar de verdad, a caminar honestamente, sin hacernos menos, sin vernos como más, solo como lo que somos: personas que un día dijimos no, que dijimos un día basta. Personas que dijimos sí se puede construir un mundo mejor en medio de su guerra, con el corazón abajo y ala izquierda. Porque vivas estamos vivas, libres y sin miedo, así nos queremos y esa es la invitación a vivir viviendo por las que ya no están, con la promesa de que otro mundo mejor es posible y para eso están aquí nuestras presencias, nuestro cariño y nuestra esperanza toda.

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