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La Crisis del Modelo Agroalimentario Capitalista: Notas y Reflexiones para Salvar el Suelo

Publicado en Camino al Andar

5 de junio de 2022

Por Rodrigo Álvarez H.


Introducción


La cuestión agrícola ha sido el cimiento sobre el que se erigen y se desploman civilizaciones desde los tiempos de la antigua Mesopotamia. En tiempos modernos, el desarrollo de las fuerzas productivas del campo ha sido una condición indispensable para la industrialización de las ciudades y la acumulación del capital. Sin un campo productivo, no habría capitalismo. Sin embargo, sin un campo productivo, tampoco habría vida en las ciudades: rasgo insignia dominante del mundo moderno en el que actualmente vivimos. Por lo tanto, la cuestión agrícola no sólo es relevante para la población del campo (por razones obvias, dado que estos son los más directamente implicados en dicha cuestión), sino también para la creciente población urbana que depende de sus actividades, e inclusive para la clase capitalista misma, la cual, inmersa en sus vicios y contradicciones, no se percata de que está destruyendo las mismísimas bases necesarias para su propia reproducción social. El modelo agro-industrial convencional, basado en la triada de los monocultivos, el arado intensivo de la tierra y los agroquímicos, condujo en el siglo pasado a la mayor producción alimentaria que ha conocido la especie humana, sin embargo, este modelo era y sigue siendo esencialmente cortoplacista, y se basa en la degradación de la base material fundamental de la cual depende la actividad agrícola: el suelo.


Toda la ciencia sensata disponible hoy en día, nos señala que este recurso natural limitado se encuentra ahora en riesgo de extinción alrededor de nuestro planeta, y que su desaparición amenaza con traer abajo consigo a mucho más que unos cuantos ecosistemas o modos de organización social: los estimados varían, pero algunos cálculos sugieren que para 2045, 1.7 mil millones de personas podrían enfrentar escasez severa de agua y comida (Vasudev, 2022), y representantes del WFP han advertido que para el año 2035 podrían desatarse hambrunas en las áreas de Chicago e Illinois, en el seno de la nación capitalista más poderosa de nuestros tiempos. Lo cierto es que, dejando las ideologías de lado, la cuestión agrícola debe importarle a cualquiera que tenga una preocupación genuina por la humanidad y la vida. Hasta ahora, el modelo capitalista, basado en la creciente interacción humana mediante la institución social del mercado, las desigualdades de ingreso y las desigualdades de propiedad sobre los medios de producción, nos había enfrentado con problemas sobre todo vinculados a la distribución de la riqueza social. Había y se producía riqueza, la cuestión es que estaba terriblemente distribuida. Esto mismo aplicaba para la producción de alimentos: había inclusive un exceso de producción, lo que reproducía el hambre alrededor del mundo era su irracional e injusta distribución. Sin embargo, todo parece indicar que estamos ingresando a una nueva fase en nuestra historia. Autores como el analista ambiental Lester R. Brown nos indican que a partir de ahora, la producción, y no sólo la distribución de bienes alimentarios, será un problema. El modelo agroindustrial convencional nos esta llevando a un callejón sin salida. Si no transformamos las técnicas (la base material) de nuestros sistemas agroalimentarios hacia técnicas agro-ecológicas, en este siglo podríamos minar seriamente la mera posibilidad de reproducción sostenida de casi el 90% de la vida (no sólo humana, sino vida en general). Son todas estas preocupaciones las que han llevado al surgimiento del movimiento global #SaveSoil en la India, y que han conducido a quien escribe esta introducción a compilar las siguientes notas, con la esperanza de que ayuden a elevar la consciencia de otros, y que empecemos a tener conversaciones sobre cómo podemos enfrentar esta realidad que nos atañe a todos como especie.


Reflexión de apertura: ¿Por qué salvar al suelo? Un problema multidimensional de nuestros tiempos


En estas notas quiero compartir reflexiones surgidas de mi encuentro con el movimiento #SaveSoil (#SalvemosElSuelo), un movimiento global dirigido a combatir y abordar la destrucción de los suelos de la Tierra. Los suelos son la tierra viva que yace bajo nuestros pies, que contiene y hacen circular enormes cantidades de carbono, agua y oxígeno, elementos básicos que posibilitan a toda la vida en la Tierra, y su actual deterioro está siendo causado en gran medida por la agricultura moderna que genera la comida que consumimos todos los días. Este se trata de un tema íntimo para muchos, me atrevería a decir todos: porque impacta no sólo al mundo en el que vivimos, sino la comida que consumimos, la salud de la que gozamos y la manera en la que experimentamos la vida. En estas notas hablaré sobre la situación actual de los suelos en nuestro planeta, su importancia y su impacto sobre otros aspectos de nuestro mundo que nos preocupan (como el clima, nuestra alimentación, salud, migraciones, el agua, la pobreza, ecosistemas, entre otros), y algunas soluciones prácticas y accesibles que podemos realizar todos a nivel personal, así como otras que nuestros líderes políticos podrían implementar a escala más amplia para ir abordando esta situación que nos implica a todos, y mejorar así nuestro bienestar y nuestros prospectos colectivos para el futuro.


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