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De Chiapas a Palestina, ¡fin a la guerra capitalista en contra de la vida!

Publicado en Camino al Andar

12 de noviembre de 2025

Por Claudio García Ehrenfeld

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Es frecuente la crítica al movimiento de solidaridad por Palestina en México: “haz algo por tu país, en lugar de estar protestando por Palestina”. Dicho de otro modo: farol de la calle, oscuridad de su casa. Sin embargo, este cuestionamiento, en realidad, oculta mucho más de lo que revela, al evadir la pregunta incómoda de la medida en que el Estado mexicano y la economía nacional están implicados en el genocidio, el sistema de apartheid y la ocupación ilegal colonial cometidos por el Estado de Israel en Palestina. La mirada zapatista al transcurso histórico de la guerra en el mundo ayuda a ver de otra manera esta relación entre México e Israel (https://n9.cl/60cjz). 


En el periodo que los zapatistas denominan la tercera guerra mundial, la fundación de Israel no sólo dio inicio a lo que Palestina nos ha enseñado que se llama Nakba o Catástrofe, sino también a la relación de sus corporaciones militares con dictaduras, gobiernos autoritarios, ejércitos, cuerpos policiacos y de seguridad, e inclusive organizaciones criminales en América Latina (https://n9.cl/gmtlw). En Guatemala, Efraín Ríos Mont, que fue declarado culpable y condenado a prisión por genocidio -aunque luego logró escapar a la justicia- aseguró que el exterminio de cientos de miles de personas mayas se debió a que el ejército guatemalteco fue entrenado por israelíes (https://n9.cl/r4rj8). Israel utilizó la poca ayuda que brindó a perseguidos, detenidos y desaparecidos judíos, para enmascarar su estrecha alianza con la dictadura cívico-militar de Jorge Rafael Videla que confesadamente cometió un genocidio (https://n9.cl/3a0ovu) y al mismo tiempo ocultar la participación judía en la resistencia armada. Casos análogos son los de las dictaduras de Chile, Brasil, El Salvador y Nicaragua (https://n9.cl/rcxdf). Si la relación con las dictaduras, con los ejércitos y con los cuerpos de seguridad le permitió a Israel y a sus compañías militares adquirir experiencia en contrainsurgencia en territorios fuera de Palestina, entonces la supuesta guerra contra las drogas y la militarización de la seguridad pública, en la que se basó el periodo neoliberal y características de lo que los zapatistas llaman la Cuarta Guerra Mundial, le abrieron un nuevo mercado y la posibilidad de profundizar la relación que ya tenía con la mayor parte de los países de América Latina, esta vez con gobiernos electos.


En México, la colaboración militar y de seguridad con Israel también ha estado estrechamente vinculada a la política de represión y contrainsurgente del Estado (https://n9.cl/ogxv5). En 1973, durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, también acusado por genocidio, México compró diez aviones Israel Aerospace Industries Arava los cuales se hicieron vuelos de la muerte (https://n9.cl/87j7f). A pesar de que en 1975 se tensaron las relaciones con Israel, después de que México votara en la ONU por la definición del sionismo como una forma de racismo, el gobierno de Echeverría y los dos siguientes sexenios presidenciales, continuaron con la compra de armas y además adiestraron a cuerpos policiales de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y posteriormente de la Dirección General de Investigación y Seguridad Nacional (DISEN) en Israel en los 80s (https://www.meh.org.mx/comunicacion/publicaciones/israel-y-mexico-cooperacion-para-la-muerte/).


El neoliberalismo impulsado por los Estados Unidos reanimó las relaciones con Israel tras la Conferencia de Paz en Madrid (1991), en la cual Benjamin Netanyahu, que entonces ya era miembro de la Knesset, participó en la conferencia como Viceministro de Asuntos Exteriores. México abandonó la definición de sionismo como racismo y se apegó así casi totalmente también en este rubro a la política internacional del entonces presidente del país del norte, George H. W. Bush. En efecto, Benjamín Netanyahu tiene en común con Carlos Salinas de Gortari el haber consolidado el plan neoliberal para su país. El estado mexicano aprovechó el levantamiento zapatista en 1994 para, más que nunca en la historia, estrechar manos con su contraparte en Israel. No sólo volvió a utilizar aviones Arava israelíes especialmente modificados para labores de intervención en Chiapas (https://n9.cl/3v6ha), sino que también — apoyado por EU, España y Gran Bretaña, — adiestró soldados en el país de Oriente Medio para combatir al movimiento rebelde (https://n9.cl/5jgqjw). Algunos de estos formaron el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE) y después el cartel de Los Zetas. Con su deserción, la educación contrainsurgente israelí pasó a manos del crimen organizado. En el año 2000, todavía en el sexenio de Ernesto Zedillo, se firmó un acuerdo de libre comercio entre Israel y México hoy vigente.


En la manera Zapatista de ver la historia, según creo entender, la Cuarta Guerra Mundial, después de una etapa de repliegue caracterizada por el resurgimiento de las derechas más extremas, fue superada por una guerra total “en todas partes, todo el tiempo y con todos los medios”; una Guerra capitalista en contra de la vida (https://n9.cl/p9zhb). La tormenta capitalista inundó a México con inversiones en tecnología y adiestramiento militar israelí en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. En 2016, Benjamin Netanyahu aseguraba ante empresarios nacionales que México era una de las mejores economías del mundo mientras se renovaba el tratado de libre comercio (https://n9.cl/n9j5o). Hoy, con un gobierno de MORENA, Israel vuelve a hacer exactamente la misma declaración (https://n9.cl/q4nuo). A pesar de ser una relación característica de la derecha internacional y neoliberal, en los últimos dos sexenios la relación de Israel con el gobierno federal y con gobiernos estatales, así como con empresas de seguridad privada y con el crimen organizado, sólo se ha profundizado.


En 2023, el gobierno de AMLO gastó millones de dólares en la adquisición de armamento israelí y pagó más de 312 millones de pesos a la red de empresas que vendieron Pegasus a la Fiscalía General de la República durante el gobierno de EPN (https://n9.cl/306gyp). Incluso las “Gacelas”, el equipo de seguridad que custodiaba al ex-presidente, fueron entrenadas en Israel, según reportes de la prensa nacional (https://n9.cl/9o48a), así como altos mandos de la Guardia Nacional (https://n9.cl/wa0xdc; https://n9.cl/fow6r) y fuerzas especiales (https://n9.cl/yra77). Mientras que AMLO envió dos cartas a Benjamín Netanyahu pidiendo la extradición de Tomás Zerón de Lucio, ex titular de la Agencia de Investigación Criminal, colaborador con Genaro García Luna, y responsable de adquirir malware israelí violatorio del derecho a la privacidad, así como uno de los fabricantes principales de la impunidad en el caso Ayotzinapa, al mismo tiempo traicionaba a las madres y padres en búsqueda de los 43 en defensa de una estructura militar criminal neoliberal. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha condenado el genocidio, no ha tomado ninguna acción consecuente en detrimento de los principios históricos de la política internacional mexicana.


Chiapas ha vuelto a ser uno de los estados mexicanos de mayor interés para el Estado de Israel y sus empresas, después de que durante el primer mandato de Trump (2017-2021), AMLO concediera militarizar la frontera para detener el flujo migratorio y diera inicio, motu proprio, a un nuevo capítulo de la militarización del resto del sureste mexicano para respaldar los megaproyectos del Tren Maya y el Tren del Istmo (https://n9.cl/xlsin). Incluso antes, en 2016, el ministerio de defensa de Israel ya había visitado el estado del sureste mexicano con la finalidad de tratar asuntos de cooperación tecnológica y planes de trabajo (https://n9.cl/pgim6). En 2018, el Consejo Sionista de México y la Embajada de Israel reunieron a pastores y líderes evangélicos mexicanos, norteamericanos y guatemaltecos en Tuxtla Gutiérrez para celebrar los 70 años de la fundación del Estado de Israel (https://n9.cl/exduy). La colaboración con las instituciones estatales y con el sector privado sólo se ha expandido (https://n9.cl/ffo4d). La diputada de Chiapas Rocío Cervantes del PVEM es hoy, en medio de un genocidio, una de las más asiduas colaboradoras con Israel en el estado, sin recibir crítica al respecto al interior de la Cámara. Todavía como senador, el actual gobernador de Chiapas del partido MORENA, Eduardo Ramírez Aguilar, demostraba su enorme capacidad de repetir lo que el sionismo quería escuchar palabra por palabra (https://n9.cl/5e4tp5). Ya como gobernador, Ramírez Aguilar ha echado a andar una costosísima estrategia de seguridad para Chiapas, la cual debería estar bajo el serio escrutinio de la lupa anticorrupción, y la cual, mediante las empresas del ciudadano israelí Niv Moshe Yarimi, importa tecnología genocida (https://n9.cl/b5mvw). Exsoldados israelíes son recibidos por las autoridades estatales de Chiapas en viajes de supuesta ayuda humanitaria (https://n9.cl/1tv8ct)


No sólo la relación internacional neoliberal entre México e Israel ha permanecido intacta en este y el anterior sexenio, sino también la política contrainsurgente como parte de la guerra en contra de las comunidades zapatistas. El sistema capitalista no logra encontrar una salida a la crisis múltiple que ha generado en su necesidad de acumulación, haciendo que incluso la guerra de extermino de los pueblos sea hoy un fin económico en sí mismo para solventar la costosa industria militar que le da sustento. Como lo ha explicado perfectamente el EZLN, después del negocio de la destrucción y del despoblamiento, sigue una etapa de reconstrucción y repoblamiento en la cual el régimen de propiedad privada experimenta una expansión (https://n9.cl/hrbmz). Esta lógica es exactamente la que está detrás del plan de Trump, que busca convertir Gaza en un centro turístico, en el cual la población palestina que no sea exterminada no podrá gobernar sus territorios, los cuales quedarán en manos del capital israelí y trasnacional, y pasará, en cambio, a formar parte de una servidumbre sujeta a cualquier tipo de explotación y vejaciones. Esta lógica es también la que está detrás del Tren Maya y otros proyectos de reordenamiento territorial que promueven la aceleración de la acumulación capitalista del Sureste mexicano y la expansión del régimen de propiedad privada. En efecto, este megaproyecto ha beneficiado particularmente a una red de empresarios y políticos que acaparan cada vez más aceleradamente tierras (https://n9.cl/b46y9), que antes pertenecieron a los pueblos mayas (https://n9.cl/07421) en la Península y ha reactivado otros proyectos de despojo como la así llamada “Ruta de las Culturas Mayas.


El EZLN, objeto de la política contrainsurgente continuada, es una organización pionera en impulsar la solidaridad con Palestina desde México (https://n9.cl/v6s2g). Firmantes de la Sexta Declaración o de la Declaración por la Vida participan en el movimiento de solidaridad con palestina en México y en el mundo. En Chiapas la solidaridad con Palestina, particularmente desde que inició el genocidio, ha sido constante y plural (https://n9.cl/29h52e). Sin embargo, la aproximación del EZLN ha sido notablemente distinta a la de otros grupos de liberación nacional, insertándose, más bien, en una tradición del internacionalismo de izquierda que toma como base la colaboración de clase y de pueblos, opuesta al chovinismo étnico y nacionalista. En su intento por conservar los derechos para todos los pueblos que las integran (Chol, Tzeltal, Tzotzil, Tojolabal, Chontal, etc…) y también para sus miembros no-originarios, otroas, etc… las comunidades zapatistas son de algún modo la contracara política de abajo y a la izquierda de los kibbutzim judeo-etnocéntricos que excluyeron sistemáticamente, incluso siendo proyectos de izquierda, a los palestinos y que hoy en día son una avanzada del colonialismo de asentamiento impulsado por el Estado de Israel.


Frente a la actual guerra total capitalista y la continuidad de la política contrainsurgente (https://n9.cl/vdlds), el paso más importante que han dado los pueblos zapatistas es el denominado por ellos mismos “El común”, una propuesta en la cual caben ahora también comunidades e individuos no-zapatistas y que ha sido aceptada regionalmente por poblaciones que se ven amenazadas por los proyectos privatizadores del estado de Chiapas (https://n9.cl/dold7). Esta propuesta, sin embargo, a causa de la política contrainsurgente, que como dijimos, avanza de la mano de la relación México-Israel se encuentra en riesgo.


Los ataques no han La Asamblea de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas (ACGAZ) denunció recientemente amenazas, robo de cosechas, quema de viviendas y la participación directa de policías municipales y estatales, la Fiscalía de Chiapas, el Ejército mexicano y autoridades gubernamentales y el despojo de un extenso territorio recuperado en el Poblado Autónomo Zapatista Belén. Al menos 13 bases de apoyo del EZLN y 40 campesinos no zapatistas fueron violentados y desplazados. Es un grupo de familias el que reclama que estas tierras son propiedad privada, a pesar de que el Estado mexicano reconoció ya desde 1995 que los territorios recuperados pertenecen al EZLN (https://n9.cl/qadezn). Ya sea porque el Estado encontró una oportunidad en apoyar a este grupo, o porque orquestó el intento de privatización, su intención es hacer parecer que se trata de un conflicto entre grupos indígenas para frenar al EZLN, que con esta suerte de socialismo agrario desde abajo, y el cual cuenta con su propia y autocrítica forma de justicia autónma, (https://n9.cl/nxhyi) está siendo exitoso en detener el despojo privatizador del Estado mexicano.


En resumen, la relación entre Israel y México vive de la represión y el despojo coloniales en ambos lugares y se mantiene sobre la base de una continuada guerra contrainsurgente y una guerra de exterminio que es hoy en día parte constitutiva de la guerra total. Además del EZLN, del caso Ayotzinapa, de los migrantes que se enfrentan al muro de los Estados Unidos construido con tecnología israelí, la relación entre México eIsrael también ha lastimado severamente al Congreso Nacional Indígena con el asesinato de Samir Flores Soberanes (https://n9.cl/9hazb). Es esta la razón por la cual, la exigencia de ruptura de relaciones es una manera directa de no sólo de solidarizarse con el pueblo palestino víctima de genocidio, sino también con todos los grupos que en México son víctimas del negocio militar y de seguridad que vertebra a esta relación binacional en el contexto de una guerra mundial total. Retomando las palabras del sabio poeta palestino, Mahmoud Darwish: “Cuando pienses en los otros lejanos/Piensa en ti mismo/ Di: Ojalá yo sea una vela en la oscuridad” (https://n9.cl/745ix).


Todos los ojos en Chiapas, todos los ojos en Palestina.

De Chiapas a Palestina, fin a todas las guerras capitalistas,

sí a la vida en común de los pueblos del mundo.

 

 

 


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© 2021 por Sofi Grivas

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