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Zapatear la tierra, reavivar la esperanza -a 30 años del levantamiento zapatista-

Publicado en Camino al Andar

19 de enero de 2024

Por Márgara Millán

Fotografías: Francisco Lion


Zapatear la tierra, hacer sonar los toletes, llevar el ritmo, lograr un sonido único; milicianos y milicianas marchan en lo que más que una demostración de fuerza militar es una coreografía de porqué y para qué hay que organizarse. La música de fondo y su letra vibrante que habla del amor de juventud; el juego entre ellos y ellas, es el momento en el que ellas rompen filas y con toda libertad saltan y juegan en el espacio. poniendo en el centro eso: ellas en libertad. Porque efectivamente, como ya se sabe, en la revuelta zapatista, las mujeres han estado  en el centro, y su libertad es la medida de la revolución que están llevando a cabo.



¿Cómo responder a este llamado a re-pensar, re-evaluar lo que como seres humanos que somos, hombres, mujeres y otroas, podemos hacer por detener el abismo de destrucción que nos ofrece el modo de vida hegemónico?


Vivimos un momento exacerbado por el genocidio que presenciamos en directo, sustentado en un discurso de odio cada vez más cínico, con una retórica que refiere a la “democracia y seguridad de occidente”, que ya empieza a hacer agua: hoy sabemos más del comportamiento supremacista e imperialista del capitalismo por lo que está haciendo el sionismo, un actuar colonial que existe aún en muchos espacios. Lo que hoy vemos en Palestina no es sino la continuidad de una forma de entender el territorio y posicionarse como sus dueños. El “orden mundial” del siglo XX, del reparto territorial, del despojo, ha sido una línea continua desde la primera guerra mundial hasta nuestros días. Su objetivo: hacer de la vida humana en su vastedad una precaria condición de sobrevivencia.


No podemos dejar de pensar  la propuesta de “heredar vida” sin reflexionar sobre lo que ocurre en Gaza. ¿Es Gaza la imagen de futuro que nos propone capitalismo global, sus centros políticos y económicos, su maquinaria de guerra? Me parece que sí.


No podemos entonces dejar de ver la propuesta zapatista  como una respuesta radical frente a ese futuro.



El Caracol VIII, Dolores Hidalgo. Resistencia y rebeldía, un nuevo horizonte, fue fundado el 30 de enero del 2020,  cuando mucho se hablaba de la inmovilidad del zapatismo. Crecer de cinco a 12 caracoles fue su respuesta a los dichos no sólo de la prensa sino de académicos y políticos, sobre todo de las denominadas izquierdas. También fue la respuesta al confinamiento y el miedo que produjo la pandemia



El zapatismo se ha dedicado estos años de aparente silencio a hablar entre generaciones, a repensar el futuro, a sopesar los tiempos del cambio en una sociedad y un mundo tan lastimado y deshumanizado como el que habitamos. Y lo ha hecho con cuidado, autocrítica y amor. Amor al mundo, amor a la vida. Sin protagonismos, con trabajo cotidiano.


Es así como el 31 de diciembre nos encontramos a la guapoa Mari José preparando los huevitos matutinos en el comedor del sector Interzona que anunciaba “comida diversa”, y donde una podía comprar alimentos todo el día durante este encuentro; había, sin embargo, otros lugares donde se preparaba la comida para las bases de apoyo, sin costo, y otra cocina más, medio escondida, donde se daba también de forma gratuita frijol y caldo de res –¡inmejorable!- para “los visitantes”. Y para los que enfermaron estaba abierto todo el tiempo el Centro de Salud Autónoma Zapatista, con promotores de salud.


Todo en ese espacio nos hizo sentir apreciadas, cuidadas, seguras. Agradecemos esa generosidad


El zapatismo nos recibió además con varias obras de teatro y “bailables” que sin diálogos relataban su historia, las etapas de la lucha, como de los Aguascalientes -la lucha por la refundación del estado- se abrió el camino de los Caracoles, la autonomía de facto. Cómo esa estructura siguió siendo piramidal, y cómo entonces piensan hoy que esa distancia entre “autogobierno” y las comunidades puede ser menor a través de los GAL*, y cómo desde las comunidades se darán estructuras regionales, todo ello a través de distintos ejemplos, donde aparece eso que imaginan el común, lo que no tiene propiedad, lo que es de todos: la salud, la educación; pero también las tierras recuperadas, es decir, las estructuras materiales de reproducción social que han construido los y las zapatistas, que  sean hoy para “todo ser humano”.



 Eso común, que no se puede privatizar, en todas las dimensiones de la vida: educación, justicia. Y muy particular, la tierra. Tierra que no es de nadie, que no necesita papeles, haciendo por ello que quienes la trabajen tampoco necesiten títulos de propiedad. La tierra en común, que es tierra recuperada, y que no se pondrá a disposición de la propiedad colectiva o comunal, sino a la necesidad de trabajarla para tener un sustento, de forma rotativa, por distintas comunidades sin importar si son o no zapatistas. Respuesta rotunda al énfasis individualista de los programas sociales gubernamentales. Y también a las concepciones de propiedad que necesariamente implican el reconocimiento estatal.


La estrategia del zapatismo ha sido la escucha. Es la escucha la única cualidad que promueve la autocrítica. Es la escucha lo que permite profundizar el horizonte de la transformación


Un lapsus me hizo tener una lectura equivocada: en un titular de La Jornada una declaración que decía “es inevitable tener coincidencias con el EZLN”. En realidad, la declaración de la Presidencia era: “es inviable tener coincidencias con el EZLN”. Es una lástima.



La transformación en el horizonte del zapatismo es integral. Va junto a la liberación de las mujeres, el reconocimiento de les otroas, la no propiedad de la tierra, y la concientización de la niñez y las juventudes. La conciencia zapatista es también integral, holística. Despertó en el 94 contra el olvido pero continuó hasta afirmar que: 


“Somos guardianes y guardianas, la luz que resplandece al mundo”


Ver video sobre la fundación del Caracol VIII https://vimeo.com/514519264I  


Es por ello que frente a la imagen de futuro que nos ofrece hoy la destrucción en Gaza, la sonrisa, la mirada y el corazón de las y los zapatistas son “la luz que resplandece al mundo”



* Gobiernos Autónomos Locales

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