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Veinte comunicados zapatistas sobre tormenta, autonomía y lo común

2 de febrero de 2024

Por Enrique Dávalos



En noviembre y diciembre de 2023, el EZLN publicó 20 comunicados que han sorprendido a seguidores, aliados y enemigos. En estos comunicados desarrollan su visión dando numerosos e importantes elementos de cómo la tormenta avanza envolviendo al mundo, a México y al estado de Chiapas. Asimismo, nos explican cómo las comunidades maya zapatistas se están preparando para enfrentar la tormenta, informando sorpresivamente del desmantelamiento de las Juntas de buen gobierno y los Municipios autónomos zapatistas, a la vez que presentando  la nueva estructura de la autonomía zapatista. 


Para tod@s aquell@s que firmaron la Declaración por la vida (diciembre 2021), los comunicados zapatistas invitaban a festejar el aniversario 30 y 40 del movimiento a la vez que ofrecían lineamientos y sugerencias sobre cómo analizar, enfrentar y sobrevivir la tempestad. Siguiendo el diálogo que han abierto por años con colectivos, pueblos y personas de México y el mundo, en estos comunicados, el EZLN no presenta un programa ni pretende “tirar línea” sobre cómo luchar. Sin embargo, sus propuestas y sugerencias son extremadamente profundas, sugestivas y originales para sentipensar qué hacer frente una civilización capitalista en crisis que se derrumba amenazando con aplastarnos y asesinarnos. El mensaje no es optimista pero tampoco acepta un colapso sin remedio. “La sola posibilidad, mínima, ínfima, improbable hasta un porcentaje ridículo, de que las resistencias y rebeldía coincidan, hace trastabillar a la máquina”, escribe el Capitán Marcos en el Comunicado # 14.


La riqueza de los 20 comunicados es tremenda y nuestra invitación es pues a leerlos y estudiarlos en Enlace Zapatista. Aquí tan solo presentamos notas sobre algunos de conceptos que nos llaman la atención: la tormenta, la propuesta que Marcos llama “el tercero excluido”, y la construcción de una nueva forma de autonomía centrada en “lo común”.  Antes, permítanos presentar los 20 comunicados. 



Los 20 comunicados


El primero y el segundo arrancan discutiendo la situación mundial a través del poema de Rubén Darío, Los motivos del lobo. Contemporáneos del inicio de la etapa actual del genocidio contra el pueblo palestino que ha conmovido al mundo, estos comunicados introducen un lenguaje alegórico comunicable e inclusivo entre pueblos que resisten en geografías, culturas, lenguajes y cosmovisiones distantes. El #3 propone un objetivo para el movimiento: posibilitar que Deni, una niña que ha de nacer dentro de 120 años, crezca como una chica libre y responsable. En el #4 vemos avanzar la tormenta en Chiapas de la mano del gobierno y su “crimen desorganizado” a la vez que sorpresivamente anuncian la desaparición de los municipios autónomos (MAREZ) y las juntas de buen gobierno (JBG) e nos invitan a la celebración por el 30/40 aniversario del EZLN. El #5 despedaza a periodistas y analistas que leyendo el #4 anuncian el supuesto fracaso del zapatismo. El #6 es un gran reconocimiento a las mujeres buscadoras de personas desaparecidas. Con razón explica que su crecimiento es el mejor indicador del fracaso de “una propuesta política en el poder”. Y sugiere redirigir la lucha buscando a las buscadoras. El #7 anuncia el regreso de Don Durito con inteligencia artificial (AI) y publicita la película Blue Beetle. El #8 sigue los pasos del Popol Vuh presentando a la diosa Ixmucané como madre del esfuerzo que permitió en colectivo comprender la importancia de lo común. El #9 presenta  la nueva estructura de la autonomía zapatista. El #10 es un análisis crítico de los MAREZ y las JBG. El #11 es un precioso video donde las zapatistas aprenden a andar en bicicleta y a potenciar su movilidad. 


En el #12 Moisés, entrevistado por Marcos, mira con optimismo al porvenir: “¿Por qué decimos que a la pesadilla que ya está, y que no hará sino empeorar, seguirá un despertar? Bueno, porque hay quienes, como nosotros, estamos empeñados en mirar esa posibilidad. Mínima, es cierto. Pero todos los días y a todas horas, en todas partes, luchamos porque esa mínima posibilidad vaya creciendo y, aunque pequeña y sin importancia -como una semilla diminuta-, crezca y, algún día, sea el árbol de la vida que será de todos los colores o no será.”


En el #13, “Dos partidos de futbol y una misma rebeldía” vemos al Comando Palomitas y a un equipo en Chipre “siguiendo la antigua y probada regla zapatista de ´No juegues con las reglas del enemigo´”. El #14 ofrece la segunda alerta de aproximación y la regla del tercero excluido que presentaremos más abajo. El #15 es otro impresionante video con imágenes de trabajos artesanales de insurgentas e insurgentes en preparativos para la celebración de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. En el #16 las “jóvenas y jóvenes zapatistas practican un bailable-teatro-cumbiero para la celebración de los 30 años.” El #17 y #18 discuten el significado y la importancia de la memoria, la rabia y la digna rabia para la rebeldía y la lucha. 


Un video en el #19 es como el tráiler de una obra donde jóvenes zapatistas escenifican cómo sus cultivos son destruidos por el Tren llamado Maya para que luego un humo tóxico –metáfora de la contaminación- mate a todos, los de arriba y l@s de abajo, mientras un muchacho y una niña logran escapar corriendo rumbo al porvenir. Finalmente, en el #20, “El Común y la No Propiedad” el SupMoi se dedica a explicar la concepción y la naturaleza de la propuesta zapatista por “lo común”; “la base material sobre la que se construirá la nueva etapa que han decidido las comunidades zapatistas.”  


Además, los comunicados son acompañados por imágenes que aparecen como un nuevo género del arte zapatista. Son composiciones donde en su mayoría contrastan un mundo gris y tenebroso con un futuro verde y luminoso. En varias de las composiciones, la niña Dení contempla un entorno destruido, contaminado, en ruinas que parecen extraídas de los bombardeos en Gaza, azotado por una naturaleza enferma y enfurecida. En contraste aparecen las grietas, unas ranuras que permiten entrever otra realidad llena de color y naturaleza saludable. En el último comunicado, Dení ha cruzado la grieta y se encamina hacia el porvenir o el despertar. La bandera palestina ondea en su bicicleta. Estas obras de diseños gráficos no traen créditos. 



La tormenta


La tormenta es sin duda uno de los concepto centrales en los 20 comunicados. Como bien sabemos,  el EZLN ha insistido en explicar la situación táctica del mundo actual con la metáfora de la tormenta. En el #12, SupMoi insiste: “Y esto es importante porque ya tenemos encima la tormenta. La misma de la que advertimos hace casi 10 años. Lo primero que vemos es que la destrucción viene más rápido. Lo que pensamos que pasaría dentro de 10 años, ya está aquí.” Mencionada en múltiples comunicados, quizás donde más se desarrolle sea en #3, #4, #14 y #20


En los comunicados, la tormenta tiene muchos aspectos; solo me referiré a cuatro de ellos: la inconformidad de la naturaleza, el desgarramiento del tejido social y la violencia que le acompaña, la cultura de la inmediatez, y la rabia-insolencia-rebeldía que todo esto provoca.  


Naturaleza inconforme


La naturaleza está inconforme, nos dice Moisés en #20. “Su forma de protestar, cada vez más fuerte y cada vez más terrible... Y el ser humano, bueno, lo que el sistema ha hecho con el ser humano es que está como pasmado.  No reacciona.” Una de las consecuencias más inmediatas es que el calendario viene chueco. 


“Ustedes... saben ya lo que está pasando con la madre tierra porque viven y trabajan en ella. Saben que está cambiando el tiempo. “El clima”, como dicen los ciudadanos. Que llueve cuando no toca, que está la seca cuando no toca. Y así. Saben que las siembras ya no se pueden decidir como nuestros anteriores, porque el calendario viene chueco, cambiado pues.”


“Pero no sólo. También vemos que los comportamientos de los animales cambiaron, aparecen en zonas que no es su costumbre y en temporadas que no les toca. Aquí y en las geografías de pueblos hermanos, aumentan los que llaman “desastres naturales”. En una misma geografía en un lado hay inundaciones y en otro hay sequía y se quedan sin agua... Como si la madre tierra dijera que hasta aquí nomás, que ya no. Como si la humanidad fuera una enfermedad, un virus que hay que sacar afuera vomitando destrucción.” 

Estamos pasmaos ante el desastre, ciertamente. El año 2023 fue el más caluroso de la historia y la temperatura promedio estuvo sólo 0.5 grados debajo del fatídico 1.5 marcado por el Acuerdo de París. La sed asecha el futuro inmediato de la megalópolis llamada Ciudad de México y la sequía al 85 por ciento del territorio llamado México. Miles de cabezas de ganado en México han muerto, las cosechas de otoño-invierno han caído hasta 80 por ciento y la energía hidroeléctrica se redujo en 40% todo por la falta de agua

 

Desgarramiento del tejido social y la violencia


Otro aspecto de la tempestad, nos dice el Subcomandante insurgente Moisés en #20, es “lo que llaman la descomposición social o que dicen que se rompe el tejido social porque la violencia.” Toda comunidad, nos dice SupMoi, tiene normas, estén escritas o no. Sus integrantes aprenden qué se permite y qué no, qué comportamiento es correcto y cuál está mal. Pero ¿qué pasa cuando las cosas son al revés, cuando “se premia la maldad y se persigue y castiga la bondad”? Eso es lo que pasa en la tormenta. Criminales asesinos, secuestradores y violadores actúan con impunidad absoluta y sus fechorías son recompensadas por la cultura, la música y la ley. En cambio, un campesino indígena que ve que está mal la destrucción de un bosque que “se convierte en su guardián... es perseguido, encarcelado y, no pocas veces, asesinado... como el hermano Samir Flores.”

“Ahí se ve claro que el sistema está enfermo, que ya no tiene remedio, que hay que buscar por otro lado... ¿Qué se necesita para darse cuenta de esa enfermedad, de esa podredumbre de la humanidad?... Basta mirar, escuchar, sentir.”


Cultura de la inmediatez


“El capital ha logrado inculcar el inmediatismo y el negacionismo en el código básico cultural de los de abajo”, sostiene Marcos en su “hipótesis de la tormenta perfecta” (#14). Este código inmediatista es estructural para el funcionamiento del capitalismo y diametralmente opuesto a lo que racionalmente se necesita para percibir y reaccionar ante la tempestad.  “Vemos que los grandes Mandones, los capitalistas, pues no les importa ya qué pasa mañana. Quieren ganar la paga hoy. Lo más que se pueda y lo más rápido posible”, agrega Moisés (#20): “No importa que les digas ´oyes, pero eso que haces destruye y la destrucción se contagia, crece, se convierte en incontrolable y regresa a ti.  Como si escupieras para arriba o si orinaras contra el viento.  Se te regresa, pues´.” Pero igual no escuchan. Resultado: “heredan muerte y destrucción.” 


En contraposición, los pueblos zapatistas preparan una mirada de largo alcance como requisito indispensable para sortear sin perder la humanidad los crecientes desastres. Por eso se plantear ser una “buena semilla” que posibilite que la niña Dení crezca libre y responsable en 120 años. “Si no miramos a esa niña... dentro de 120 años, entonces no vamos a entender lo que estamos haciendo. No lo vamos a poder explicar a nuestros mismos compañeros. Y mucho menos lo van a entender los pueblos, organizaciones y personas hermanas de otras geografías.” (#3) 


Rabia y rebeldía


Mientras la destrucción se profundiza crece también la indignación, la rabia y rebeldía de las y los de abajo. En #5, el Capitán Marcos se burla sarcásticamente del enojo y miedo de los coletos de San Cristóbal: 


“¡Horror!...Ahora los indígenas ya no bajan la mirada cuando los topas. Te miran como con irreverencia, con desafío, con rabia, como si nosotros fuéramos los intrusos y no ellos, como si nosotros fuéramos los criminales y no ellos. Antes eso sólo lo hacían los zapatistas, ahora cualquier chamulita te planta cara.” (#5)


La tempestad está provocando ciertamente todo tipo de reacciones, desde el crecimiento exponencial de mafias criminales y el auge imparable de movimientos neofascistas hasta la rebeldía de personas, colectivos, comunidades y pueblos que se organizan para confrontar la demencia de la bestia capitalista. Cómo empujar para un lado y no para el otro parece ser un dilema de nuestro tiempo.  


La rabia, se pregunta Marcos en #18 “¿en qué momento, se convierte en digna?  ¿Cuándo empieza a distanciarse del rencor y la venganza?  ¿Se acerca a la justicia?... ¿Es la rabia el puente entre el dolor y la rebeldía? ¿En qué momento la angustia, la desesperación, la impotencia se convierten en rabia?... ¿Y si todas las rabias tienen una misma raíz y ellas, nosotros -los pueblos-, nos encontramos en esa raíz?... ¿Y si lo que nos une, a pesar de todas las diferencias, es una misma rabia?  ¿Quién habrá de enfrentarnos?  ¿Quién nos sentenciará a la misma derrota de antaño, de ahora, de hoy mismo?  ¿Quién nos amenazará con un mañana igual al ayer?”


Dejemos de lado discusiones teóricas importantes sobre qué entendemos por “civilización” para concluir que la tormenta se asocia con una profunda crisis civilizatoria. Es decir una crisis de crisis, un entramado de muchas crisis que alimentándose unas a las otras parecen advertir colapsos próximos. La inconformidad de la naturaleza, el desgarramiento de los tejidos sociales y las violencias que le acompañan, el culto a la inmediatez capitalista y las rebeldías en ascenso en cada punto del planeta son fuertes expresiones de una crisis tremenda. Una tempestad que el movimiento zapatista advierte, aquilata y, lo más esencial, le informa su camino al andar.   



El tercero excluido


Se trata de un concepto también discutido en los comunicados zapatistas particularmente en el #14. Se trata del qué hacer ante la tormenta. Comprender este concepto es esencial pues una lectura superficial podría malinterpretarlo y convertirlo justo en lo que no es: un mensaje derrotista. 


El Capitán Marcos presenta la siguiente hipótesis: “Ya no hay remedio. Todo se va a la mierda.” Y en una oración, síntesis de visiones colapsistas y novelas distópicas sentencia: “Esa catástrofe no incluye nuestra desaparición, sino algo peor: la extinción de la especie humana. Bueno, al menos tal y como la concebimos hoy.” A continuación Marcos desarrolla varios aspectos de tan demoledora hipótesis a la que nombra “la tormenta perfecta”: La convivencia equilibrada entre el ser humano y la naturaleza es imposible ya; la lógica del capital de la ganancia mayor a la máxima velocidad no tiene pedal de freno produciendo millones de desempleados, migrantes y aspirantes a delincuentes; la crisis de la política no es sino la crisis de alternativas impotentes ante el caos; los estados nación convertidos en una continua border patrol; el neomaltusianismo y sus guerras de exterminio concomitantes reemplazando al neoliberalismo como coartada de una bestia capitalista que así no caduca, sólo se transforma, etc., etc. 


La conclusión lógica de esta hipótesis aterradora es que las y los de abajo estamos perdidos más allá de una supervivencia atomizada:


“No es posible delinear o construir una alternativa al colapso más allá de nuestra propia supervivencia como comunidades originarias... La mayoría de la población no ve o no cree posible la catástrofe.  El capital ha logrado inculcar el inmediatismo y el negacionismo en el código básico cultural de los de abajo. Más allá de algunas comunidades originarias, pueblos en resistencia y algunos grupos y colectivos, no es posible construir una alternativa que rebase lo mínimo local.”


Sin embargo, y esto es lo esencial, lejos de detenerse en el horror, Marcos encuentra varios “elementos que contradicen la mentada hipótesis en su esencia”: la pandemia que hizo retroceder momentáneamente la destrucción de la tierra y la rebeldía de pueblos guardianes protectores de la naturaleza muestran que “sí es posible la convivencia equilibrada con la naturaleza”. La persistencia de la Sexta y de movimientos acuerpados en la Declaración por La Vida además de muchas más personas en muchas partes que resisten, se rebelan y tratan de encontrarse indican que la hipótesis de “todo se va a la mierda” y “ya no hay remedio” es falsa y hay que reemplazarla por otra hipótesis. 


¿Cómo? Entiendo cada uno de los 20 comunicados como piezas que van formando la arquitectura de una potencial nueva hipótesis de lucha: bicicletas, buscadoras, grietas, autonomías desde abajo, la rabia que nos une, etc., etc. 


Dice Marcos:

“Es necesario buscar.  Y eso nos enseñan las Buscadoras: buscar es una lucha necesaria, urgente, vital.  Con todo en contra, ellas se aferran a la más remota esperanza.” 

Pues “la sola posibilidad, mínima, ínfima, improbable hasta un porcentaje ridículo, de que las resistencias y rebeldía coincidan, hace trastabillar a la máquina.”


De eso se trata, de buscarnos desesperadamente en todos los rincones del planeta. Hay que buscarnos, saludarnos, darnos fuerza para sonreírnos y abrazarnos; unir nuestra misma rabia a pesar de todas las diferencias. Si lo intentamos, “¿Quién habrá de enfrentarnos?  ¿Quién nos sentenciará a la misma derrota de antaño, de ahora, de hoy mismo?”   

Sin embargo, una enigmática oración sirve a Marcos de conclusión: la unidad de l@s sentipensares del mundo que luchan por la vida es necesario pero no suficiente para acabar con la bestia capitalista. “No es su destrucción, es cierto.  No todavía.  Las brujas escarlatas serán decisivas.”


¿Brujas escarlatas? Ya desde el “300” publicado en 2018 la Bruja Escarlata era mencionada junto a los caracoles y el perro-gato como puntales de la lucha (300. Tercera parte). Asimismo, en “¡Delfines!” publicado en 2021 el SupGaleano explica que, desesperado por los tropiezos casi fatales contra la travesía del Escuadrón 421 a Europa, invocó con éxito a la Bruja Escarlata: 


“Maldije entonces al averno, convoqué a diosas de todas las latitudes, llamé pues a la más poderosa de ellas: la bruja escarlata.  Ella, la despreciada por los otros dioses, dados como son al machismo fanfarrón y de espectáculo. Ella, la alejada por las otras diosas, dadas a la belleza falsa de afeites y cosméticos. Ella, la bruja escarlata, la bruja mayor: Oh, die scharlachrote Hexe!  Oh, die ältere Hexe!” 


Ella, diríamos, sacó al buey de la barranca y permitió que el Escuadrón 421 emprendiera su navegación. 


Así pues, El Capitán nos invita a las próximas tareas. Hay que buscar desesperadamente y unir a las fuerzas que luchan por la vida en cada rincón de cada continente; no buscando la hegemonía de un mundo para nosotros sino proponiendo uno donde quepan muchos mundos y donde todo sea para todos. E invocar con el mayor respeto antipatriarcal posible a las brujas escarlatas que han de apuntalar tan titánicas tareas.  



En común


En #8, Marcos narra una historia inspirada en el Popol Vuh. En un tiempo cuando la luz se fue y todo era oscuridad, los dioses no atinaban qué hacer; se portaban como machos, lanzaban bravuconadas y proponían ideas inconexas. La diosa madre Ixmucané actuó de otro modo; reunió a la gente, organizó la discusión y así, en diálogo colectivo, una solución se fue perfilando alrededor de un concepto entre tod@s creados: la idea de “en común”. En #20, Moisés afirma que en discusión colectiva, los pueblos zapatistas hablaron a sus ancestros y concluyeron que el origen de muchos padecimientos y tropiezos era la propiedad privada, y que por tanto ensayarían lo contario, la propiedad en común.  


“En resumen ésta es nuestra propuesta: establecer extensiones de la tierra recuperada como del común.”


Se trata de una modalidad en la tenencia de la tierra inexistente en la legislación mexicana: 

“Ni [propiedad] privada, ni ejidal, ni comunal, ni federal, ni estatal, ni empresarial, ni nada. Como quien dice: “tierra sin papeles”. Si preguntan si es tierra de zapatistas, de partidistas o de quién, pues de ninguno de ellos. O de todos, es lo mismo. No hay comisariado o agente a quien comprar, asesinar, desaparecer. Lo que hay son pueblos que trabajan y cuidan esas tierras.  Y las defienden... 


“Esto, así muy resumido, es lo que se presentó y se consultó con todos los pueblos zapatistas. Y salió que la inmensa mayoría estuvo de acuerdo. Y también que, en algunas regiones zapatistas, ya se estaba haciendo desde hace años.”


La iniciativa de propiciar tierras en común se articula con el anuncio de que reorganizan la autonomía zapatista. En #4, Moisés hace un sorpresivo anuncio: “después de un largo y profundo análisis crítico y autocrítico, y de consultar a todos los pueblos zapatistas, se decidió la desaparición de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) y las Juntas de Buen Gobierno.” En #9 el SupMoi explica que la base principal de “la nueva estructura de la autonomía zapatista” son las comunidades de base organizadas en gobiernos autónomos locales (GAL). La descentralización es radical: “Si antes había unas decenas de MAREZ, o sea de Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas, ahora hay miles de GAL zapatistas.” Por tanto, “cada GAL controla sus recursos autónomos organizativos (como escuelas y clínicas)” y –algo fundamental para trabajar la tierra en común—cada GAL controla “la relación con pueblos hermanos no-zapatistas vecinos.”  


El paso es inspirador: proponen comunidad en vez de confrontación con los pueblos hermanos no zapatistas. Lo común, este “viejo nuevo camino” se actualiza ofreciendo tierras recuperadas en el levantamiento de 1994 a grupos no zapatistas interesados en trabajar y defender la tierra. “Para que se pueda lograr esto, tiene que haber un acuerdo entre los pobladores sin importar si son partidistas o zapatistas.” (#20)


Es un paso impresionante. Como en el levantamiento de 1994 y la creación de los caracoles en 2003, de nuevo los pueblos maya zapatistas desafían la historia de la “civilización”, es decir, siglos de explotación, opresión, patriarcado y colonialidad. Se proponen, ni más ni menos que poner de cabeza la pirámide social (#10). Y contra la sacrosanta propiedad privada, ofrecen --tan solo-- cultivar una vida en común: “Sobre esa propuesta [propiedad en común de la tierra] saldrán más: de salud, de educación, de justicia, de gobierno, de vida.” 


Es una invitación dirigida a pueblos originarios vecinos, pero no sólo a ellos.  La invitación se extiende más allá de las fronteras: “Unas hectáreas de esa No-Propiedad se va a proponer a los pueblos hermanos de otras geografías del mundo.” Contra sectarismos, un mundo donde quepan muchos mundos: 


“No importa si eres zapatista, partidista, católico, evangélico, presbiteriano, ateo, judío, musulmán, negro, blanco, oscuro, amarillo, rojo, mujer, hombre, otroa.”   



 En conclusión, ser buena semilla


La audacia de las nuevas propuestas zapatistas se entiende mejor apuntando al futuro más allá de sexenios y caminos trillados. Marcos advierte: “Tal vez alguien de ustedes pueda valorar el sentido profundamente rebelde y subversivo de esto en lo que, para no variar, nos jugamos la existencia.” 


¿Y por qué lo hacen? No sólo para respetar su palabra y sus principios de mandar obedeciendo luchando por tod@s y no sólo por ell@s. También y quizás sobre todo como una táctica para enfrentar la tempestad: 


“Y nosotros lo que hicimos fue, pues, proponer un camino para poder cruzar la tormenta y llegar con bien al otro lado. Y no hacer ese camino solos como zapatistas, sino que juntos como pueblos originarios que somos... Digamos que lo vemos necesario eso para poder enfrentar la tormenta.” (#20)


Los zapatistas no temen sobrevivir la tempestad sino perder su humanidad en el intento: 

“Podemos sobrevivir a la tormenta como comunidades zapatistas que somos. Pero ahora se trata no sólo de eso, sino de atravesar ésta y otras tormentas que vienen, atravesar la noche, y llegar a esa mañana, dentro de 120 años, donde una niña empieza a aprender que ser libre es también ser responsable de esa libertad.” (#3)


Se interesan pues en abrir futuro más que en definirlo: 


“No pretendemos heredar a las próximas generaciones una concepción del mundo. No heredarles nuestras miserias, nuestros rencores, nuestros dolores, nuestras fobias, ni nuestras filias. Tampoco que sean un espejo con una imagen más o menos aproximada de lo que supongamos bueno o malo. Lo que queremos es heredar vida.” (#12)  


A final de cuentas, su llamado es a ser buena semilla: Queremos ser la semilla de una futura raíz que no veremos... La vocación zapatista, si alguien nos apura a una definición lacónica, es entonces ´ser buena semilla´.” (#12) 

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