Por Pablo Montaño.
Publicado en Camino al andar.
20 de junio de 2021.
“En tiempos de crisis climática el futuro es un territorio a defender”.
Futuros Indígenas

Pintura: "Desarrollo", por Paola Stefani La Madrid
Nunca había sido tan urgente contravenir el relato de la historia dominante y andar caminos opuestos al que nos ha llevado. Una cumbia zapatista habla de “una montaña que navega a contrapelo de la historia”, una travesía para revertir el “avance” de la explotación y el despojo que se quedó sin más camino que el de volver sobre lo andado.
El final de esa historia de despojo lo marcan múltiples crisis con muchos nombres, que se eligen según desde dónde las vea uno. La crisis climática es una de las que engloba mejor la diversidad del colapso, de ella tenemos noticias cada semana donde alguna nota nos ilustra los impactos que va teniendo. En un paralelo demoledor, las élites políticas y económicas reaccionan envalentonadas por cada tragedia incrementando las causas de las mismas. Un país con el 80% de su territorio con algún grado de sequía “congela” leyes que replantean las concesiones y usos del agua; incendios que crecen en número y fuerza reciben por respuesta megaproyectos y trenes que recortan bosques y selvas; el incremento de temperaturas se responde con nuevas refinerías, para seguir quemando los combustibles fósiles que aceleran la crisis del clima. Así se presenta como inapelable el curso de esta historia de explotación y de dominio lineal sobre la naturaleza y sus mal llamados recursos.
En el lado de las respuestas, en los últimos años, algunos miembros de la comunidad científica voltean a los conocimientos indígenas y los resaltan como una clave para enfrentar la crisis. Las ideas de interconexión entre las especies y los elementos de sustento se presentan como novedad tras 500 años de sordera y estigmatización de los saberes de los pueblos originarios. De igual forma, se menciona con la ligereza de una coincidencia que el 80% de la biodiversidad del mundo está en los territorios del 5% de la población global, la cual corresponde a los pueblos indígenas. Las respuestas a la crisis climática y a la crisis de biodiversidad están, como siempre ha sido, en la resistencia de los pueblos que han sabido coexistir por generaciones con las fuentes de vida.
Por otro lado, los colectivos y organizaciones ambientales y climáticas hemos depositado nuestra confianza en el simulado avance de cumbres, acuerdos y compromisos que anuncian reestructuras, que lejos de alcanzar las metas con las que se presumen, no han logrado revertir la trayectoria que nos llevó en primer lugar al punto de crisis: las emisiones globales de CO2 continúan elevándose año con año. La energía y el tiempo que hemos invertido en elevar las ambiciones de grupos políticos y empresariales no han rendido fruto alguno que permita suponer que más energía y más tiempo es lo que falta para obtener un resultado.
Lo que deja al contrapelo histórico como el rumbo más claro, intimidante en el contexto de otra crisis que enfrentamos como humanidad, la de la imaginación, una crisis incluso más grande que la climática. Ésta nos ha metido en todas las demás, llevándonos a negar la posibilidad de otros futuros. El modelo energético que se reviste de nacionalismo por el actual gobierno federal, no es más que una copia del modelo de los 70s, lleva su fracaso en la caducidad de ideas que expiraron hace medio siglo. Dado que será muy difícil enseñar a imaginar a necios y sordos deliberados, las voces de los pueblos se elevan para que no quede sordo sin escucha; por un lado, la delegación zapatista desde una rebautizada Europa, y de manera coordinada, 20 pueblos indígenas que se unen para extender el sentido de la defensa del territorio al futuro, #FuturosIndígenas que surge para “reforestar las mentes y los corazones”. Tan sólo dos expresiones, entre muchas en nuestro territorio, que extienden la siembra de resistencia a poblaciones rendidas ante el momento que viven.
El rechazo de la historia lineal es un componente esencial de la lucha climática. La historia de los colonizadores y explotadores es incapaz de reconocer su derrota autoinfligida, el replanteamiento de rumbo que les exigimos conlleva la negación de sus cimientos de dominación del todo. Los pueblos indígenas reescriben desde su resistencia los futuros posibles que otros apenas nos atrevemos a imaginar; no es un llamado de vuelta al pasado, sino una vuelta en el ciclo de la vida que coexiste.
@PabloMontanoB
Pablo Montaño es politólogo y maestro en medio ambiente. Es guionista de la serie El Tema, conducida por Yásnaya A. Gil y Gael García Bernal, y coordinador de la organización Conexiones Climáticas.
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