Publicado en Camino al Andar
23 de noviembre de 2022
Por R. Aída Hernández Castillo
Las fiscalías, esas instituciones del poder judicial, que se supone que tienen como principal función investigar y perseguir delitos, a la vez que garantizan la protección y seguridad de las víctimas, se han convertido en espacios de re-victimización, complicidad y abuso de poder, profundamente marcadas por una cultura judicial misógina. Más que certidumbre, muchos fiscales despiertan miedo y desconfianza entre las víctimas y entre quienes nos atrevemos a denunciar las redes de complicidades criminales que atraviesan a este órgano judicial.
Empezando por los niveles más altos de la estructura judicial, tenemos las acusaciones legales de misógina y violencia de género contra el Fiscal General, Alejandro Gertz Manero quien se ha valido de su cargo para criminalizar a su cuñada, la señora Laura Moran, de 95 años, a quien despojó de su pensión de viudez y cuya hija, Alejandra Cuevas Moran, de 70 años, quien estuvo 17 meses presa en Santa Martha Acatitla, acusada de “homicidio por omisión” en un proceso lleno de irregularidades. Sus estilos vengativos han afectado también a quienes desde la academia se han atrevido a cuestionar su integridad, como fueron las órdenes de aprensión contra las científicas Julia Tagüeña y Gabriela Dutrenit, así como otros 29 académicos y académicas integrantes del Foro Consultivo de CONACYT, lo que llevó a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a emitir medidas cautelares contra el Fiscal y a favor de las científicas. (https://www.jornada.com.mx/notas/2021/10/23/politica/emite-la-cndh-medidas-cautelares-para-cientificos/)
El Fiscal General de Morelos, Uriel Carmona, se ha caracterizado también por sus estilos misóginos. Culpar a las víctimas o encubrir a los victimarios no es algo nuevo en el estado de Morelos, sin embargo, el reciente caso del feminicidio de la joven Ariadna López Díaz, acaecido el 30 de octubre pasado, volvió su misoginia un tema de debate nacional cuando Carmona declaró que la causa de muerte de la joven de 27 años fue por una “grave intoxicación alcohólica y la consecuente broncoaspiración”. Su versión fue contradicha por un segundo peritaje de la Fiscalía General de la Ciudad de México que constató que la joven fue asesinada a golpes. La denuncia, hecha por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de los posibles vínculos entre el Fiscal y el feminicida Rautel “N”, han despertado la indignación de la sociedad morelense.
Llamado a comparecer ante el Congreso Estatal el 16 de noviembre pasado, Carmona defendió su versión argumentando que sus forenses habían “hecho un trabajo impecable”, señalando que ninguna autoridad judicial de otros estados puede entrometerse en el trabajo de los 1600 funcionarios que trabajan en su fiscalía. A esta “audiencia pública” se les impidió el pasó a la Directora del Instituto de la Mujer del Municipio de Cuernavaca, Lorena Castillo y a las familiares de personas desaparecidas del Colectivo Regresando a Casa Morelos, que bajo el sol esperaban una autorización que nunca llegó. Desde la calle, sus voces denunciaban las complicidades y silencios que han permitido que en Morelos existan unas mil seiscientas denuncias por desaparición y ningún sentenciado por dicho delito. Ha sido también Uriel Carmona, el Fiscal encargado de obstruir, más que facilitar, los procesos de investigación en torno a las fosas “irregulares” de Jojutla y Tetelcingo, en donde hasta la fecha se sabe de 215 cuerpos que fueron enterrados sin carpetas de investigación y en algunos casos con ropa y huellas de tortura, lo que ha llevado a algunos analistas a señalar que más que “irregularidades”, lo que hay es un uso criminal de las fosas comunes estatales. (https://www.jornada.com.mx/2020/08/09/opinion/015a1pol).
Entre la trayectoria de encubrimientos y complicidades que han caracterizado el trabajo del fiscal morelense está el haber falseado la investigación del asesinato del defensor nahua Samir Flores Soberanes (https://www.animalpolitico.com/2019/02/asesinan-balazos-samir-flores-activista-opositor-termoelectrica).El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, organización a la que pertenecía el comunicador comunitario, ha denunciado el rol de complicidad con los perpetradores que el fiscal ha jugado. El colmo de cinismo en torno al asesinato de Samir Flores fue la declaración del gobernador Cuauhtémoc Blanco, de que “había que preguntar al Fiscal qué pasó con Samir” (https://www.jornada.com.mx/amp/el-fiscal-sabe-quien-mato-a-samir-cuauhtemoc-blanco-4051.html).
En la reciente filtración de documentos que hizo el grupo de hackeadores activistas “Guacamaya”, se documentan los supuestos vínculos entre el Fiscal y el Cártel de los Rojos. ¿Es este el operador judicial que protegerá y dará justicia a las víctimas del crimen organizado? Más allá de la falsedad o veracidad de estas denuncias, Carmona se ha ganado a pulso la desconfianza, el miedo y el rechazo de los familiares de personas desaparecidas y víctimas de feminicidio, ante la falta de resultados, su discurso re-victimizante y sus estilos misóginos, que son un ejemplo etnográfico claro de lo que es la violencia burocrática en el poder judicial.
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