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A 200 años de la fundación de Jalisco: En los territorios no hay celebraciones ante el despojo

Publicado en Camino al Andar

18 de junio de 2023

Foto: Grietas del Norte


16 de junio 2023


Guadalajara -actual capital del Estado de Jalisco- se fundó en 1542 por los invasores europeos. Después de doce años -comprendidos entre 1530 año de la llegada de Beltrán Nuño de Guzmán y 1542 año en que se realiza la cuarta y definitiva fundación de Guadalajara- es como la historia lineal, eurocéntrica y colonial inicia. Durante los trescientos años de régimen colonial estos territorios estuvieron bajo la jurisdicción de la Nueva Galicia, sufriendo así, un cambio a raíz de la independencia de México lo cual desencadenó en la creación de provincias en 1812. Fue así como la provincia de Guadalajara en donde las ideas a favor de la república sobre la de monarquía, así como de apostar al federalismo fueron el soporte para apostar por constituir un estado, de esta suerte el 16 de junio de 1823 la provincia de Guadalajara fue declarada Estado Libre y Soberano de Jalisco.


Conviene recordar que la independencia de México y el proceso de formación del Estado quedó en manos de criollos de descendencia europea, mismos que implementaron un “colonialismo interno”, es decir, pusieron en marcha un proceso de re-producción y re-organización del anterior colonialismo ibérico. Es de esta manera como algunos pensadores latinoamericanos -durante la última década- nos advierten de la necesidad de utilizar el concepto de colonialidad, mismo que nos puede ayudar a trascender la suposición de ciertos discursos académicos y políticos, según los cuales, con el fin de las administraciones coloniales y la formación de los Estados-nación, vivimos ahora en un mundo descolonizado y poscolonial donde todos los ciudadanos gozamos de igualdad de derechos ante la ley.


A 200 años de la conformación del Estado de Jalisco podemos decir que el proyecto racial del mestizaje sirvió para legitimar un sistema monocultural que excluyó y excluye a las diferencias civilizatorias, en este caso a los pueblos, naciones, tribus, comunidades, barrios y colectivos indígenas que habitan en el estado. A su vez, podemos constatar que la conformación de símbolos, prácticas estéticas y emblemas, que buscaron tener un alcance nacional, hoy como antes, no reflejan la realidad. Por ejemplo, la idea de presentar al tequila como bebida nacional, al mariachi y al charro como elementos fundamentales para la creación y sostenimiento del nicho del mexicano verdadero. Hoy son insostenibles. Lo que llaman México es más que eso.


Aquí conviene aclarar que una cosa es que el gobierno del estado de Jalisco incluya en su narrativa de celebración de 200 años a los pueblos indígenas, incluya su arte, muestre respeto ante su espiritualidad e incluso incorpore a indígenas a diversos cargos dentro del organigrama del estado y otra muy diferente es que se resuelvan los añejos problemas agrarios como el caso del ejido nahua de Ayotitlán, ubicado en el municipio de Cuautitlán de García Barragán, detenga las invasiones y el despojo de territorios por capitales nacionales y extranjeros así como por el crimen organizado, ejecute las diversas sentencias a favor del pueblo wixarika para que con ello puedan recuperar más de 10 mil hectáreas despojadas en su gran mayoría por ganaderos desde el siglo XIX en los municipios de Tuxpán de Bolaños y Mezquitic, y que por fin reconozca -después de dos siglos- la existencia del pueblo Tepehuano, en específico a la comunidad de San Lorenzo de Azqueltán, en el municipio de Villa Guerrero.


A su vez, debemos señalar que los datos estadísticos ponen en evidencia que el estado de Jalisco registra durante los últimos 40 años un incremento en las cifras de población indígena, tanto por el crecimiento de los pueblos originarios, como por ser un foco de atracción de migrantes indígenas. Por ejemplo, de los 65,021 indígenas reportados en el último censo del 2020 se puede constatar que 32,644 habitan en el Área Metropolitana de Guadalajara, es decir, en Jalisco la mitad de la población indígena nos encontramos en la ciudad (Instituto de información estadística y geográfica de Jalisco, Análisis de los principales resultados del censo 2020 de las áreas metropolitanas de Jalisco. 2010-2020, Gobierno del Estado de Jalisco, 2020). Se confirma la consolidación de los indígenas urbanos.


Hoy como pueblos miramos que la destrucción provocada por el sistema capitalista y sus instituciones estatales no solo afecta a los indígenas, la máquina de muerte se extiende hacia todos. Hoy que es 16 de junio de 2023 -día de celebración en el calendario de arriba- podemos decir que, en cualquier geografía del Jalisco de abajo, una y otra vez se confirma el horror producido por el sistema. La crisis civilizatoria que ahora enfrentamos como humanidad se manifiesta de diversas formas y órdenes. En Jalisco se materializan a partir de los miles de desaparecidos, las muertes, las fosas clandestinas, la violencia sexual y física, los feminicidios, la explotación laboral, la contaminación de ríos y cuerpos de agua, la represión como forma de responder al dolor y la rabia de los indignados, el tráfico de órganos, el despojo de tierras y el desplazamiento humano -tanto en el campo como en la ciudad, todo ello nos interpela para pensar en colectivo como construimos una vida otra.

[1] Zoque de Chapultenango, Chiapas, desplazado a Guadalajara en 1982 por las erupciones del volcán Chichonal. (Zoque tapatío). Historiador y antropólogo. Profesor investigador en la Universidad de Guadalajara.








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