Publicado en Rebelión
17 de marzo de 2022
México es un mercado predilecto de los capitales españoles, donde operan alrededor de seis mil compañías de titularidad hispana, desde grandes bancos, empresas de turismo y constructoras, hasta las operadoras eléctricas y energéticas, cuyo volumen de negocio supera los 25 mil millones de euros anuales, que equivale a lo que gastaría el Estado español en un año en dos servicios públicos esenciales y muy costosos: la sanidad y la justicia.
Cualquier pausa de México en su relación con España –como ha planteado de forma retórica el presidente Andrés Manuel López Obrador, sin que haya avanzado nada concluyente respecto de las firmas eléctricas o financieras que tienen amplia presencia en el país— implica el congelamiento de una quinta parte de las ganancias conjuntas de las empresas más grandes de la Bolsa de Madrid.
Un mercado con 127 millones de personas, los costos de operar en él, el régimen fiscal, así como las comisiones que se pueden permitir las instituciones bancarias —entre las cuáles las españolas controlan alrededor del 40 por ciento del sistema financiero en México— son parte de las condiciones de negocios para las firmas extranjeras.
A estas empresas españolas se deben sumar las que se fundan y registran en el propio México, pero que tienen origen y accionistas hispanas. Todas ellas son atraídas no sólo por las ganancias, sino porque en muchas ocasiones supone el ingreso directo a una de las regiones más ricas del mundo, América del Norte.
Las más fáciles de reconocer son las multinacionales españolas que en años recientes han ido situándose como las empresas de referencia en sectores estratégicos del país, como banca, energía, turismo y obras de infraestructuras, sobre todo desde la llegada al poder de los gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN), de 2000 a 2012, y el periodo de gobierno del priísta Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Las cifras son del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), y señalan que cuatro empresas están a la cabeza en cuanto a volumen de negocio y de beneficios: el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), el Banco Santander, Iberdrola y Naturgy. En el sector financiero las empresas españolas están muy presentes en México, no sólo con Santander y BBVA, sino también mediante la banca especializada y selectiva, el caso de Sabadell, o las operadoras de seguro, Mapfre como ejemplo.
En el sector financiero, las ganancias anuales de las operadoras españolas superaron en el último lustro cinco mil millones de euros anuales. La rentable fue BBVA, cuya filial en México representa casi la mitad del total de los beneficios del grupo, más de 2,5 mil millones de euros en ganancias.
El Banco Santander, que ronda entre 700 y mil millones de euros de beneficios, tiene menos presencia, pero se ha especializado en servicios específicos como los créditos para la compra de automóviles, en donde es líder y representa una de sus grandes fuentes de ganancias en el país. El banco catalán Sabadell, retomó sus operaciones bancarias en 2016 y la de banca de particulares este año.
Las empresas energéticas españolas con más presencia en México son Iberdrola, Repsol, Naturgy y Acciona, y sólo para Iberdrola, México representa más de dos por ciento de su resultado bruto de explotación, mientras que, para Naturgy es algo más del 4 por ciento. En cuanto a beneficios entre las grandes obras de infraestructuras y sus negocios estables, sólo entre Iberdrola y Naturgy generan un volumen de negocio anual que supera cuatro mil millones de euros.
Iberdrola se ha convertido en el primer generador privado de México y tiene más de 7 mil megavatios (MW), de los que 5 mil 900 MW son ciclos combinados de gas y cogeneración y el resto renovables.
Iberdrola invirtió en México 2.400 millones, con lo que agregará hasta 2 mil MW más y producirá alrededor de 20 por ciento de la electricidad consumida por el país. Actualmente construye cuatro plantas de ciclo combinado y cuatro instalaciones renovables. Otras empresas energéticas con importantes intereses en México son ACS, Acciona, Abengoa, Técnicas Reunidas (que acaba de firmar dos contratos públicos por valor de 600 millones de euros), Elecnor y Duro Felguera.
Entre esas multinacionales de las finanzas y la energía, las operadoras españolas de mayor presencia en México, destaca Telefónica, que se ha situado como un operador masivo en el país y que genera ingresos superiores a mil millones de euros anuales.
También está muy presente la gran empresa española de la industria textil, Inditex, en México desde 1992, pero que en realidad se expandió de forma importante a partir del año 2000. Actualmente tiene más de 400 establecimientos repartidos entre sus marcas señeras, Zara, Bershka, Pull & Bear y Oysho.
En el sector del motor y la automoción, la empresa española más presente en México es Gestamp, con cinco plantas productivas en nueve ciudades del país. En el sector turístico la actividad también es grande en los destinos más lucrativos, como la Rivera Maya, Los Cabos y la Ciudad de México, en las que tienen instalaciones las cadenas hoteleras españolas como Meliá, NH, Barceló, Iberostar y RIU.
El intercambio comercial y de negocio entre México y España no sólo se puede medir por su balanza comercial (las exportaciones de México a España suman algo más de 4 mil millones de euros anuales, mientras las importaciones superan 4 mil 600 millones de euros),,lo que significa un déficit de la balanza comercial para México de más de 500 millones de euros.
Un negocio total para los españoles
México es un negocio total para las empresas españolas que operan en el país , al grado que el país aportó casi una quinta parte de las ganancias obtenidas el año pasado por las cinco empresas más grandes de España. Incluso en el caso de BBVA llegó a representar la mitad del beneficio amasado por la institución financiera.
Entre Iberdrola, Santander, BBVA y Repsol sacaron ganancias por 3.726 millones de euros por sus negocios en México, 18.5 por ciento de todo lo que generaron el año pasado en diversos mercados, incluido el español. Con excepción de Inditex –en 68 países a través de sus tiendas Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Zara Home y Uterqüe–, las compañías españolas más grandes obtuvieron ganancias conjuntas a nivel global por 20 mil 80.7 millones de euros, de los cuáles 5 mil 723 millones se generaron en España, 28.5%, frente a 18.5% obtenido en México.
El año pasado Iberdrola –firma del sector energético que contrató como sus consejeros al ex presidente derechista Felipe Calderón y a Georgina Kessel, ex secretaria de Energía– reportó ganancias por 3.885 millones de euros, de esta cifra, 345 millones se obtuvieron en México por el negocio de producción de electricidad y clientes.
No todo fueron utilidades para las compañías españolas que operan México. Repsol tuvo pérdidas. La firma obtuvo ganancias globales por 2 mil 498 millones de euros el año pasado, tras haber perdido 3 mil 816 millones e, 2020, en el inicio de la pandemia. Durante 2021, la petrolera perdió 22 millones de euros en México y ganó 863 millones en España. En el extremo opuesto estuvo BBVA, que obtuvo 50.7 por ciento de su beneficio en México y 33.2 por ciento de España.
La relevancia de México para las empresas y la economía española, reforzada a partir de los sexenios en que el PAN ocupó el poder, explica el interés de Madrid en los vínculos bilaterales y es el trasfondo de las múltiples expresiones de cercanía vertidas por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, durante su visita oficial la última semana.
Basado en esa “unión histórica basada en las relaciones humanas” Albares sugirió al canciller mexicano Marcelo Elbard el sentido en que debe desarrollarse la legislación mexicana, y emprendió una defensa de las trasnacionales hispanas del rubro de la electricidad, un lance irónico por cuanto su propio gobierno ha denunciado los abusos de algunas de ellas en contra de los usuarios y del medio ambiente en su suelo natal.
Un editorial del diario La Jornada, señala que tampoco es osado sospechar que son las presiones y cabildeos de esos intereses foráneos los que se encuentran detrás del comunicado en el que el Parlamento Europeo toma partido por la oposición mediático-corporativa que mantiene una permanente campaña de golpeteo contra el gobierno mexicano y el proyecto de transformación nacional.
Añade que nada justifica que esos lazos históricos y culturales se tomen como excusa para declaraciones o actos de injerencismo y menoscabo a la soberanía mexicana. Las autoridades o empresas españolas deberán entender que los vínculos que tanto afirman valorar sólo pueden darse en un marco de irrestricto respeto, en el que se depongan de manera definitiva toda tentación intervencionista y todo reflejo colonial.
Gerardo Villagrán. Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
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