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Mujeres en Raqqa preservan la artesanía tradicional + Videos

9 de febrero de 2024

Por Yusra Al-Ehmed / JINHA



Las mujeres transmiten, de generación en generación, las artesanías tradicionales que corren el riesgo de desaparecer debido a los avances tecnológicos. Julia Abu Zar y Khadija Al-Mazal preservan la artesanía tradicional en Raqqa, una de las principales ciudades en el noreste de Siria.


“La demanda de nuestros productos aumenta”


Julia Abu Zer, de 40 años, es una mujer armenia que vive en Raqqa. Aprendió a tejer alfombras de su madre y ahora enseña este arte a sus hijas. “Como mujeres, hacemos todo lo posible para preservar las artesanías tradicionales que corren el riesgo de desaparecer. La demanda de nuestros productos aumenta porque nuestras alfombras anudadas a mano son hermosas y de buena calidad”, afirmó.


Julia también hace abalorios. “Comencé a hacer joyas y otros productos en casa cuando mis familiares, amigos y vecinos me pidieron que se los hiciera -recordó-. Cuando otras personas me pidieron que les hiciera joyas y otros productos, decidí lanzar un proyecto con el apoyo del Movimiento Cultural Hîlala Zêrîn”.



“Hasta ahora he expuesto mis productos en numerosas exposiciones y eventos. Hago joyas y otras cosas como collares, pulseras y tasbih. Hago esfuerzos para diseñarlos. Necesitas paciencia, creatividad y concentración para hacer abalorios”, agregó.


El deterioro de la situación económica en Siria tiene un impacto negativo en los precios, dijo Julia. “Utilizo muchos materiales como agujas, hilo, alambre, telares, tableros, bandejas y tapetes para hacer abalorios. Sin embargo, son muy caros”, contó.


Julia resumió que “las mujeres deberían desempeñar un papel en la preservación del arte y la cultura. Estoy feliz de preservar un arte que me trasmitió de mi abuela”.


Un negocio propio


Khadija Al-Mazal, diseñadora de accesorios e ilustradora, se interesó por la artesanía tradicional desde su infancia. Comenzó a diseñar complementos en su casa. “Vendí mis productos a muchos joyeros y los comercialicé online durante tres años. Cuando aumentó la demanda de mis productos, comencé mi propio negocio. Los accesorios hechos a mano son de mayor calidad; son más bellos, más atractivos”, contó a JINHA.



Khadija hace dibujos en cerámica y tazas de cerámica. “Combino mis habilidades de dibujo con manualidades. Desde que abrí mi tienda, he recibido más pedidos. Hago un llamado a todas las mujeres a participar en la fuerza laboral”. indicó.


Khadija Al-Mazal también enseña el arte que practica, por eso inspira a muchas mujeres desde que comenzó. “Decidí enseñar este arte a otras mujeres. Ahora enseño este arte a muchas mujeres. Creo que el éxito de las mujeres contribuye al desarrollo de la sociedad”. sintetizó.


Al hablar de los desafíos que enfrenta, dijo: “Uno de los desafíos es la falta de materiales y herramientas. Tengo que comprar algunos de los materiales y herramientas de otras regiones. Trabajo muchas horas para diseñar y producir los productos. Es agotador pero me siento feliz de preservar este oficio tradicional”.


FUENTE: Yusra Al-Ehmed / JINHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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