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Libro - Levantamientos populares. Lo que está pendiente

Publicado en Cátedra Jorge Alonso

18 de septiembre de 2022

Por Manuel Rozental Klinger

¿Por qué no asumir la oscuridad en la que estamos, la oscuridad que somos, y organizarnos en ella, con ella?


William C.

Anderson Aseador negro


Tiempo pleno que retorna en relámpagos, en instantes —proclama de Walter Benjamin desde la constelación de las tesis—. Explosiones para acabar con horarios, calendarios, almanaques, medidas digitales, cárceles minuciosas totalizantes, tiránicas, hasta la genética, infinitesimales. Ponernos de pie, festejar, gozar y gozarnos, siendo la fiesta, el estallido de la belleza; nada más que perder: la vida. Milenios de culturas, mujer-Jin- Jiyan, vida-, plenitud capturada por el patriarcado cuando empezó a contarse en el tiempo repetitivo de la transformación del ritmo vital, de la reproducción, del cuidado… en mercancía, en esclavitud para producir y multiplicar invasiones, despojos y ganancias. Negación de la belleza en libertad. Ilusión de lo bello capturado como mercancía con precio y ganancias: Normal. Todo lo bello capturable, en proceso de captura. Cuantificándose. Patriarcado; origen de la muerte en curso, de esta muerte-certeza que hoy inunda continentes a la vez que mata de sed mientras acelera la velocidad con la que gira esta casa grande de barro y agua en curso de destrucción al servicio y como consecuencia de la enferma codicia insaciable. La codicia patriarca-hombre. Constancias desde las tablas sumerias de la revolución neolítica, así como en otros lugares donde comenzó el fin. La catástrofe del progreso arranca a golpes violentos, de guerra total los hilos tejidos y tejiéndose de la Madre Tierra, para arrancar trabajo y ganancias. Milenios bajo el patriarcado desatando la conquista insaciable, el hambre-hombre violador y arrogante, desemboca en el sistema-mundo capitalista. Cartografía ilusoria de los mercados. Fronteras y estados-nación. Apenas doscientas cajitas con doscientos años de existencia negando -pendientes milenios de saberes, epistemologías, saber ser agua, aires, estrellas, territorios. Patriarcado, Conquista, Estados. Capitalismo y muerte. Destino de muerte.


Todo estallido, todo levantamiento desata el olvido que persevera y persiste en la penumbra del proyecto de muerte. Todo levantamiento, toda resistencia, toda memoria en el olvido, toda fiesta de la vida reclama y manifiesta La Emergencia del Nosotrxs. Reconocer los dilemas y desafíos para hacer el camino de la Emergencia del Nosotrxs. No es una opción. Es el reclamo de la tierra a los pueblos, es la memoria ancestral renovada y de pie: ser siendo territorios. Es la Cátedra de lxs nosotrxs liberándose de las trampas de la academia. Porque el saber para vivir es libre o es mercancía al servicio del poder.


Todos los jueves desde el 12 de mayo hasta el 30 de junio de 2022, convergencia de voces y memorias. Convocatoria de habitantes del olvido desde allí, en respuesta a un llamado, a un ámbito. En este libro y en estos encuentros grabados que compartimos, en este capítulo 2022 de la Cátedra Jorge Alonso, convergieron unas pocas y hermosas presencias múltiples y colectivas convocadas, como cuando se levantan los pueblos, ante este momento en el que aún nuestros muertos corren peligro. Levantamientos populares, lo pendiente, lo que empeora. Bastó con eso para que nos encontráramos en esta fiesta que es pararnos, ponernos de pie. “No era depresión. Era neoliberalismo” … y también miedo. “Miedo de que cuando esto acabe todo vuelva a la normalidad”. El miedo que hace la normalidad.


Acá se teje la palabra nombrada en cada seminario y disponible para ser compartida en las grabaciones, con los textos. Algunos son transcripciones, otros son escritos que complementan para aportar, todos, textos y grabaciones son una entrega para encontrar-nos, para seguir. Sabemos y supimos que “ni somos lxs que estamos ni estamos lxs que somos”. Hay quienes hablaron a pesar de las amenazas y los riesgos. Hay quienes se sacudieron del complejo, del temor, de la vergüenza impuesta para nombrar, sencilla y directa, sin adornos, su palabra. Acá no se califica ni se escoge. Acá no se compite. Hay quienes no se sintieron capaces de escribir o no pudieron hacerlo y también está su palabra. Grabaciones y textos van juntas. Con serenidad y en colectivo decimos que hemos cumplido. Se trata de entregarnos desde y con quienes lo hacen y nos han enseñado. A ellas y ellos, las gracias y este aporte. Publicar y compartir en este caso, queremos decirlo abiertamente, responde a una intención: que ojalá esto aporte, que genere críticas, reclamos. Que nos ayude a encontrarnos, a tejernos, a conocernos. Que no vaya de acá a ustedes y a donde quiera que vaya, sino que circule y haga parte del tejido de las abuelas, de todas las abuelas de todos los pueblos que sí saben tejer como la Tierra manda.


Una mesa inicial y seis seminarios. No tratamos temas y acá queda constancia de ello y mucho más. “Las semillas siempre germinan en la penumbra” dice el poeta que también llegó hasta acá desde el destierro, desde la constelación donde ya habita el otro tiempo. Pues eso: una Cátedra desde la penumbra proclamando lo pendiente. Mientras no seamos libres desde y con las mujeres poniendo fin al patriarcado, matando al hombre que nos condena, mientras no detengamos la corriente apestosa que nos arrasa violenta y mintiendo la ilusión de mercancías, poderes y ganancias, mientras no dejemos atrás para siempre el engaño del estado enmascarado como inevitable y necesario, mientras no nos liberemos con la Madre Tierra y dejemos de convertir todas las causas y todas las bellezas en mercancías para ocupar un lugar dentro de la mezquina mediocridad vanidosa y temerosa de un mundo de ganadores, seguiremos buscando negarnos, negándonos al cuidado, a la libertad, al abrazo, a la rebelión que es resistencia para conseguir un poquito más o no perder esa limosna con que nos roban y robamos vivir.


Pendiente desde Mesopotamia, desde los pueblos Mayas, desde las mujeres negras antes de ser África, mucho antes, que sigue siendo ahora. Desde Guna Yala y Abya Yala, el Wallmapu, desde la tierra y los pueblos de la tierra en mujer. Porque cuando este final patriarcal empezó, dio comienzo al fin de todo y es contra eso que nos levantamos, desde entonces hasta ahora en Kurdistán, en Haití, en Guatemaya, en el Wallmapu, en lo que llaman Chile, Ecuador, Perú, Colombia. El orden mafioso va imponiéndose, estableciéndose. El colapso de los estados nación se convierte en saqueo, dictaduras populares y populistas. De esto y de mucho más se habla acá. De la dignidad y de la confusión. Del goce y la fiesta semillas. De los asuntos pendientes que son asuntos nuestros, de todas y de todos y que esta trampa nos enseña a ignorar, salvo cuando nos levantamos. Mientras acá en esta Cátedra que señaló lo pendiente para regresar a quienes no hablaron, pero estuvieron, siguen estando, nos reconocimos, acá, en las calles de lo que llaman Ecuador, la Cátedra volvió a salir, a estallar, a levantarse desde lo pendiente proclamando la dignidad que habita justa y cómodamente en el lugar del olvido.


Seguramente es cierto que toda esta mentalidad patriarcal y racista que empobrece conquista y acumula, sólo será derrotada una vez y de una vez por todas. Esa derrota está pendiente. Tal vez más pendiente ahora que nunca, cuando a punto de someterlo y destruirlo todo, todo empeora y captura. Ahora cuando tras levantarnos, corremos a salir hacia adentro buscando el poder de los estados, unos cargos, unas promesas. Ahora cuando a nombre de nosotras y de nosotros capturan y entregamos nuestras ilusiones y abortan la dignidad para convertirla en trámites, políticas y posibilidades razonables. Ahora, cuando lo posible incorpora nuestro lenguaje y nuestra fuerza para limitarlos, es ahora y acá, en estos textos y grabaciones de encuentros donde queda planteado en contraste el reclamo rebelde de no tener precio, no claudicar y no cansarnos hasta liberarnos del engaño que habitamos y que nos habita.


William C. Anderson; negro, aseador de baños en lo que llaman Estados Unidos nos dice: “Las personas que ocupan altos cargos en la sociedad de la supremacía blanca son válvulas de escape para controlar los levantamientos y reclamos Negros. Se espera que todxs nos sintamos felices porque unx de nosotrxs lo logró. Sin embargo, ¿esto qué importa? si el lugar en el que nos dejan entrar es el mismo desde el que nos oprimen.”


Nos prometen lo que nos puso de pie, lo que nos hace. Nos dicen que más de 5000 o 500 años de resistencia convergen en un líder y en un gobierno aquí y allá. Nos dicen que la patria (Patriarcaestado) es lo primero y por ella tomamos las armas o defendemos gobernantes. Por todas partes se comprometen con lo que nos ha hecho siempre y nos hizo ahora levantarnos, parar, ponernos de pie. Con entusiasmo es obligación y necesidad, es alegría y añoranza creerles. Pero sabemos, y aquí también se nombra, que se tienen que arrepentir de esas promesas, porque desde arriba y desde adentro, sólo se puede administrar el orden patriarcal, racista, de conquista de capital extractivista en su fase mafiosa. Hoy, mientras atravesamos etapas de sometimiento a tiranías, masacres por cálculos entre poderosos, euforias de comienzos nuevos y promesas que nos nombran y decepciones inevitables frente al chantaje de “si no es esto, es lo otro que es peor”. Hoy cuando nos vamos quedando solas y solos sin querer esta desolación sino la fiesta del hacer las agendas y los cambios entre todos y todas asumiendo el trabajo que cuesta y que es mucho más que señalar y nombrar. Hoy esta Cátedra Jorge Alonso de la que acá queda constancia es un aporte consciente entre tantos deshilvanados y negados a la rebeldía que teje resistencias y autonomías desde el margen entre pueblos y procesos. Ni vanguardias, ni recetas, ni caminos correctos. Aportamos hacia allá, el grito y la memoria de lo que está pendiente. Por eso, a quienes nos prometieron y nos prometen y nos convencen o no para capturar nuestras rebeliones y luego se arrepienten, con nuestra hermana de soledades y territorios, Yasnaya Aguilar, Mixe, proclamamos: “Los arrepentimientos que importan son los que apestan a traición”.


Doy las gracias a quienes respondieron a esta convocatoria y vinieron a entregar su corazón. Doy las gracias a Jorge Alonso y al equipo de la Cátedra. Damos las gracias desde este tejido nuestro a quienes ahora y antes y desde ahora abren el camino aunque nadie les nombre ni les recuerde casi nunca. Sabemos que el éxito y el reconocimiento se consiguen con la condición de dar la espalda en singular al esfuerzo silenciado y colectivo. Por eso acá hay que callar y saber escuchar, que es lo que esta Cátedra desde y de los levantamientos populares, a quienes pertenece y de donde viene nos deja como enseñanza. Para callar y escuchar en nombre de todxs, la palabra de la Nan Rosalina Tuyuc:


“Yo siempre he creído que gracias a todos los que tienen buenas vibraciones para la vida, siempre habrá una oportunidad de que la verdad tenga que triunfar. Hoy nuestros abuelos nos dicen que estamos en el tiempo del no tiempo. Estamos en tiempo de dolor hay muchas enfermedades. Está el poder de la muerte. También así como hay noche, hay día. Creo que todos los que trabajamos por el día, por el nuevo amanecer, nos toca seguir siempre resistiendo, levantándonos y luchar contra ese poder que nos neutraliza. Hoy nuestros pueblos están en levantamiento constante. En esos levantamientos algunas veces también otros se aprovechan de todos estos levantamientos genuinos. En todos lados, estemos donde estemos con nuestra verdad, con nuestra resistencia, creo que todo va a salir bien. Así que muchas gracias. Yo agradezco por esta oportunidad. Agradezco a la vida. Agradezco la sangre derramada de los nombres de tantas mujeres que cayeron, que dejaron su legado de lucha y que de alguna manera eso nos hace empujar de seguir siempre esos buenos y hermosos caminos. Sabemos que luchar contra la discriminación racial en el mundo es una tarea muy fuerte, porque es luchar contra el poder. De alguna manera también como pueblos en lucha, en movimiento, tenemos dignidad. Tenemos la verdad. Tenemos también el puño combativo y tenemos también un corazón solidario, y, en medio de ese corazón solidario: ¡salud para todos los pueblos en movimiento!”


Manuel Rozental

Pueblos en Camino



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