top of page

Zoques a 40 años de la erupción del Chichonal: Aquí no es cualquier territorio y lo defenderemos.

Publicado en Pozol Colectivo

03 de marzo de 2022

Por Compas Arriba

Fotos de Amehd Coca, en Chapultenango, 2 y 3 de abril de 2022



Chapultenango, Chiapas, 03-04-2022. A cuatro décadas de la catástrofe volcánica que provocó más de 2000 muertos y 35 000 personas desplazadas, el pueblo zoque sigue en pie de lucha con trabajos concretos en defensa de la vida. Este fin de semana, alrededor de un centenar de mujeres y hombres, trabajadores zoques del campo y la ciudad, de todas las generaciones, deliberaron en torno a los grandes problemas que afectan a sus territorios y la construcción autónoma de alternativas anticapitalistas. Desde su primer Congreso celebrado en Rayón en 2014, “podemos decir que los zoques no paramos: el trabajo de base, las asambleas cotidianas, los recorridos, los talleres, así como las visitas familiares” han demostrado que “uno de los caminos es fortalecer Ore´is ntyäjk (la casa del zoque/la lengua/la palabra) y de esta forma construir el horizonte de vida anclado a la tierra como guía de nuestros pasos” (leer: Pueblo Zoque convoca a su segundo congreso).


Los diálogos entre personas originarias de distintos municipios del norte de Chiapas fueron muy severos en su diagnóstico colectivo de la situación económica y política actual. Además de múltiples denuncias, se hicieron propuestas radicales de transformación, por parte de ejidatarios, comerciantes, artesanos, estudiantes, profesores, escritores y artistas zoques, religiosos, comunicadores y activistas comprometidos en las luchas de los pueblos originarios, convocados por el Centro de Lengua y Cultura Zoque, la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, Atención Primaria de Salud Wäbä Ijtkuy «Lugar de paz y armonía» y el Colectivo Defensoras de Nasakobäjk.

El viernes pasado, jóvenes artistas habían desplegado un retrato de Emiliano Zapata en una manta gigante en medio del parque en la cual se lee en zoque y español: “La tierra volverá a quienes la trabajan con sus manos”. Las mujeres y los hombres de las rancherías, comunidades y barrios zoques instalaron ayer sábado 2 de abril el Segundo Congreso Zoque “Hacia Ore’ is ntyäjk” (Hacia el Segundo Congreso Zoque, hacia Ore´is ntyäjk), bajo la sombra de un árbol del recinto parroquial de Chapultenango, donde colgaron una lona que declara “territorio libre de minería”. Las tierras zoques de las fincas cacaoteras de antaño son amenazadas por megaproyectos extractivos de empresas transnacionales, cuyo despojo es legalizado por el Estado y legitimado por universitarios, que buscan apoderarse del agua, del petróleo y los recursos geotérmicos. Por ello, el encuentro zoque explicitó “cuáles dolores sufrimos en el territorio y cómo vamos a sanarlos”, “qué construimos en colectivo para enfrentar las opresiones”.

En las mesas de mujeres, jóvenes y adultos zoques, participaron las familias desplazadas de la comunidad de Esquipulas Guayabal, quienes siguen refugiadas en la Casa de la mujer indígena de la cabecera municipal (leer el reportaje Violencia armada, impunidad e intereses económicos, Radio Zapatista, noviembre 2021). En una mesa de discusión, un compañero ejidatario afirmó que “en el núcleo agrario, se debe usar el diálogo para organizar a la gente, buscando un fin común para el beneficio colectivo, sin discriminar a las personas por sus pensamientos y creencias. Un grupo ejidatario está debilitado cuando se divide, pero un núcleo agrario consolidado puede atender los problemas como la contaminación, la falta de agua, de electricidad, de educación, que se pueden solucionar mediante la asamblea y la priorización de necesidades”.

Si bien no pudieron viajar representantes de la diáspora zoque en Estados Unidos, como el compañero Ramiro Velázquez de Massachusetts, concejal del Congreso Nacional Indígena, llegaron a Chapultenango muchos activistas zoques que habitan en diferentes ciudades y estados del país. El compañero concejal de Guadalajara comentó en plenaria que “hay quienes se avergüenzan en la ciudad de ser indígena, pero otros están organizados, como las madres solteras zoques que migraron a Guadalajara. En la ciudad, la gente se da cuenta que está colapsando el mundo: el agua está contaminada, la gente ya no tiene tierra, hay mucho racismo y por eso la gente oculta que es indígena. La lucha está en las ciudades también, no solo en la comunidad. No creemos en los partidos políticos ni que el gobierno solucione nuestras demandas. Hay gente que se ha aprovechado del movimiento para asuntos electorales, usando su identidad para colaborar con el poder; pero tenemos que hacer reflexiones y estudiar para venir a apoyar el proceso histórico de los pueblos, porque aquí no es cualquier territorio, lo estamos defendiendo”.

El Congreso posibilitó que en ambos días las mujeres se reunieran entre ellas. Evidenciaron las violencias y las implicaciones cotidianas del alcohol y el narcotráfico. En su relatoría, expresaron que “no podemos heredar tierras” y “quienes están cobrando programas de gobierno, muchas veces lo que hacen es que gastan el dinero, se emborrachan, y eso suscita violencias”. Las mujeres no solo destacaron su papel en la defensa del medio ambiente y los territorios amenazados, sino que se declararon responsables de la difusión de informaciones, por ejemplo hacer cápsulas para documentar las violencias de género, sino para denunciar y concientizar en torno a nuestros derechos mujeres indígenas que somos”. También, ellas compartieron sus experiencias de farmacias de traspatio en las diferentes comunidades de Chapultenango.

Los jóvenes zoques aclararon en plenaria que no son ejidatarios y, por ello, no tienen participación directa en la asamblea comunitaria, porque no poseen tierra y sienten que no se les considera. “Tenemos que hacer un trabajo de identidad: por qué debemos luchar por la tierra y el territorio a pesar de que no seamos dueños de ninguna tierra; desde nuestros oficios o artes, formando una red de periodistas zoques, haciendo radio y audiovisuales, e informar por redes sociales, diseñar campañas de difusión y talleres para reconocer nuestro pasado, es decir, entender nuestra historia para recuperar nuestra memoria y los problemas de cada territorio; entender por qué estamos en este territorio, y dialogar más con personas mayores, nuestros abuelos, para hacer propuestas. Queremos invitar, motivar a los jóvenes y crear pequeños grupos articulados en redes par concientizar y sentirnos orgullosos de ser zoque y vivir de esta manera. Tenemos un pasado que nos liga a lo que hoy estamos viviendo: es importante investigarlo, discutirlo y tomar importantes decisiones. ¿Cómo lo vamos a organizar?”

El compañero Antonio de Copainalá recibió la encomienda de encabezar el trabajo de formación de la comunicación comunitaria: “Llegamos a un acuerdo: vamos a formar una especie de escuela, una escuela de jóvenes, donde nos vamos a formar nosotros, a partir de entender nuestra historia. ¿Cómo vamos a poder crear una cápsula audiovisual o una representación teatral acerca de quiénes somos?”. Esta propuesta fue aprobada por unanimidad, con aplausos alegres y sonrisas entusiastas. Tras nuevas deliberaciones constructivas, esta propuesta de acción educativa recibió la siguiente enmienda: “Iniciar con las brigadas para aprender la lengua y para accionar una escuela zoque para la defensa del territorio”.

El abordaje de la lengua zoque resultó muy profundo. De antemano, un investigador zoque en estudios rurales reconoció que “hemos fallado en impulsar la enseñanza de la lengua zoque desde la universidad; tenemos personas que saben muy bien el zoque para enseñar en la escuela de formación”. También valoró el trabajo de una compañera poeta quien elaboró un manual de aprendizaje del zoque: “la idea es que se enseñe en la familia, el trabajo, la milpa, en el arroyo. Es una riqueza que heredamos de nuestros papás, nos entendemos con pueblos de Oaxaca y Veracruz. Un joven sociolingüista de Copainalá recordó que “debemos dialogar en zoque para que no se vaya a acabar: utilizarlo en más espacios comunes, en la calle, la iglesia, ya no esconderlo dentro de la casa y espacios más privados, sino sacarlo en el espacio público. No nos funcionó enseñar con un pizarrón, porque la persona que daba el curso no maneja estrategias didácticas y era difícil tanto para el docente como para los jóvenes; mi propuesta es visibilizar más el idioma, y vamos aprendiendo por medio de la escucha”.

Ante esta reflexión de los jóvenes intelectuales zoques, una madre de familia hablante del zoque, originaria de Chapultenango reaccionó y dijo: “creo que el zoque es muy importante, pero ya no lo quieren hablar con sus hijos; en la comunidad la mayoría habla zoque, yo sí sé zoque pero lo que me da pena es que no lo sé escribir. Yo hablo zoque donde quiera, más me facilita hablar en zoque, lo malo es que no lo sé escribir”. El compañero Fermín retomó la palabra y comentó que “nuestra lengua es también una herramienta política para derrotar a los megaproyectos como los pozos: más nos asumimos como zoque, más podemos defender el territorio”.

Otro ejidatario entró en la discusión afirmando que “nosotros nos entendemos mejor en zoque, es nuestra lengua y nuestros padres que en paz descansan no hablaban español. Hay que hablar con los padres de familia para que tengan conciencia. ¿Para qué necesitamos maestros si en la casa podemos enseñar zoque? Porque si los padres no le damos la importancia la lengua va a desparecer: hay que hacer brigadas en cada sectores de las comunidades para fortalecer la lengua zoque para defender nuestra tierra. No debe desaparecer el zoque para poder defender la tierra, porque el gobierno con mayor facilidad va a entrar a despojarnos”.

En la asamblea final del Congreso, las mujeres plantearon acciones precisas para enfrentar las violencias y los jóvenes acordaron contar las historias de los territorios, promover y fortalecer la lengua con talleres de elección libre, entendiendo cuál es el interés de los jóvenes con herramientas de escritura, pintura, radio, cine y teatro. En el tema agrario, se requiere fortalecer los reglamentos internos y la formación en materia legal. Se hará una evaluación de las acciones dentro de un año. Las mujeres exigieron que las fechas de realización fueran más precisas. Los adultos varones hicieron también hincapié en las acciones y formas de enfrentar las problemáticas suscitadas en los ejidos por los proyectos de desarrollo extractivista, multiplicando los talleres de capacitación jurídica, audiovisual, de dibujo y escritura, en especial los espacios de inclusión de niños y jóvenes en el movimiento.

Ante las amenazas crecientes de la industria minera, se hizo evidente fortalecer y reorganizar el trabajo interno del movimiento zoque de defensa de la vida y el territorio, así como las organizaciones de base que la pandemia afectó, dado que menos gente llegó a las reuniones en los dos últimos años. Ante la falta de reestructuración del movimiento, la crisis del Covid-19 no solo empeoró los servicios públicos de educación y de salud, sino que propició que se agravaran los ataques de los megaproyectos de extracción de hidrocarburos, minerales y energía hidroeléctrica y geotérmica en todos los municipios con población zoque. La esperanza del pueblo zoque es inmensa, por su capacidad de resurgir de las cenizas, dado que tiene en mente que así como la tierra fue destruida hace 40 años por el desastre del volcán, las semillas germinan hoy en medio de las tierras antes devastadas, aunque hoy sean motivos de disputa.

A continuación, los medios libres reproducimos el Pronunciamiento desde Chapultenango del Pueblo Zoque y agradecemos su invitación a realizar esta cobertura autónoma.

Contacto: compasarriba@gmail.com https://compasarriba.org/



A 40 años de las erupciones del volcán Chichonal

Pronunciamiento de los pueblos Zoques de Chiapas, México


A los zoques del campo y la ciudad en México y Estados Unidos,

A los pueblos originarios del mundo,

A las organizaciones indígenas,

A los medios de comunicación libres e independientes

Hermanos y hermanas de México y el mundo,

Les informamos que los pueblos, comunidades, barrios y rancherías zoques, convocados y reunidos en Chapultenango, Chiapas durante los días 2 y 3 de abril de 2022, celebramos nuestro Segundo Congreso Zoque. La iniciativa de reunirnos es una apuesta por construir salidas colectivas ante la crisis civilizatoria que vive la humanidad y que se manifiesta en el caso de los zoques a través de la imposición de proyectos extractivos, el desplazamiento forzado de familias, la agudización de la migración nacional e internacional, así como del interés por privatizar el agua, las tierras y el volcán Chichonal.

Desde las montañas zoques del norte de Chiapas, México, los pueblos que somos, decidimos construir nuestro propio análisis sobre las distintas amenazas a la vida y el territorio. Ahora, a cuarenta años de la erupción del volcán Chichonal, queremos denunciar las opresiones de hoy.

  1. Miramos que desde arriba los distintos gobiernos han convertido la fecha del 28 de marzo en mero espectáculo folclorista que busca legitimar una visión histórica acorde al poder en turno. A cuarenta años, debemos reconocer que el 28 de marzo de 1982 no solo iniciaron las erupciones del volcán, también comenzó un proceso mayor de fragmentación comunitaria y control de la población zoque que marca nuestro presente.

  2. El sistema patriarcal capitalista sigue operando tanto en las comunidades como en las ciudades donde habitan zoques, lo cual se cristaliza en la violencia física y verbal cotidiana, así como en impedir la participación plena de las mujeres en los espacios de toma de decisión, prohibiendo con ello el acceso a la tierra e imposibilitando espacios propios para la atención psicológica, de salud y atención jurídica de los derechos de las mujeres y niñas. En el caso de los hombres, el sistema patriarcal ofrece el ejercicio de una masculinidad destructiva, la cual afianza los estereotipos de violencia machista.

  3. Desde 2016, los pueblos zoques de Chiapas iniciamos un proceso de organización y lucha por la defensa del territorio lo cual impidió que las tierras fueran concesionadas para la explotación de doce pozos petroleros. También hemos visto cómo las ambiciones e intereses personales se han manifestado a lo largo de este proceso, lo cual significó utilizar el movimiento zoque para fines electorales y partidistas. Desde aquí lo decimos claro: no vamos a permitir que la defensa y la organización zoque se conviertan en una moneda de cambio por puestos políticos en el gobierno o para conseguir recursos económicos a través de proyectos “comunitarios” que solo buscan fortalecer las agendas de los intereses capitalistas.

  4. La minería promovida por los consorcios transnacionales y con la complicidad de las instituciones del Estado mexicano siguen generando concesiones que amenazan los territorios de las comunidades de Buenos Aires, Valtierra y Caracol en el municipio de Chapultenango, así como en los territorios de Ixhuatán y Pantepec.

  5. Denunciamos que las ambiciones del poder económico mundial no cesan por acaparar las tierras zoques; ahora sabemos que su afán de extraer los hidrocarburos en Francisco León no cesan y lo único que nos ofrecen es una estela de muerte y miseria.

  6. Advertimos que el pueblo de Zacalapa, municipio de Copainalá, enfrenta un conflicto grave por la escasez y el monopolio en la gestión y distribución del agua, lo cual ha generado nuevas tensiones que nos advierten que la lucha por el control del agua se agudizará.

  7. Observamos que en las comunidades cada día se agravan las violencias con ataques armados, trayendo muerte, inseguridad, alcoholismo y divisiones internas, muchas veces bajo el conocimiento y la tolerancia de las autoridades. Muestra de ello es el desalojo ocurrido en el ejido Esquipulas Guayabal, municipal de Chapultenango, el 21 de noviembre de 2021 por grupos armados, ante lo cual exigimos el desarme y la pacificación de los territorios, con el retorno seguro de las familias desplazadas.

  8. Asimismo, denunciamos el peligro del deterioro ambiental generado por la proliferación de basureros públicos como en Rayón y Chapultenango, los cuales son promovidos por las propias autoridades municipales, contaminando manantiales y ríos que en algunos casos eran cuerpos de agua para el abasto de las comunidades.

  9. De igual manera, señalamos que los programas institucionales alentados por el gobierno y los partidos políticos solo incentivan la división y la cooptación de las comunidades bajo la promesa de empleo, caminos y proyectos.

  10. Denunciamos que en la comunidad de Tectuapan municipio de Pichucalco, las mafias del transporte público lideradas por la CIOAC ejercen un monopolio y son aliadas del crimen organizado y las autoridades de los tres niveles de gobierno, lo que genera un clima de terror y violencia que impacta a la población zoque.

  11. Miramos con preocupación la reactivación de proyectos energéticos que buscan la construcción de nuevas presas hidroeléctricas en los municipios de Chicoasen, Copainalá y Francisco León. Hoy como antes, sabemos que esos proyectos de energía eléctrica se hacen a costa del desplazamiento y la precarización de la vida zoque.

  12. A dos años del impacto ocasionado por el huracán Eta, los pueblos zoques estamos indignados porque las autoridades municipales, estatales y federales estuvieron ausentes para atender a la población afectada y los pocos programas de apoyo que el gobierno oferto solo dividieron a las poblaciones ya que estaban sustentados en lógicas electorales, donde claramente observamos como el Estado solo busca sacar provecho de las catástrofes ambientales. En Pantepec, Rayón y Tapalapa, fueron afectados los caficultores, lo cual perturbó la economía familiar.

Por todo ello, ante el aumento de la guerra capitalista de arriba, los pueblos zoques hemos decidimos fortalecer nuestros propios procesos de lucha. Tenemos como objetivo el levantar y fortalecer la autonomía como horizonte de vida para las nuevas generaciones de zoques rurales y urbanos que caminamos por los territorios de Chiapas y el mundo.

De esta suerte, miramos con respeto y admiración el proceso de emancipación que las mujeres zoques han comenzado a desarrollar. Se llegó la hora de mirar y escuchar las propuestas de liberación que las mujeres estamos construyendo. Es el tiempo de aprender otra forma de vivir sobre la tierra. En ese sentido, reiteramos nuestra necesidad por levantar y consolidar espacios propios y seguros para las mujeres zoques.

Exigimos que los directores de la película Pobo Tzu, la cual muestra la cosmovisión de los zoques del ejido de Esquipulas Guayabal y que recientemente fue estrenada, inicien una campaña de denuncia en todos los foros donde sea proyectada, para con ello visibilizar el proceso de desplazamiento violento que sufrieron las familias en noviembre de 2021.

Nosotros hemos decido fortalecer nuestros propios conocimientos e instituciones. De este modo, buscamos mirar para adentro y con ello encontrar las claves para imaginar y sostener las nuevas instituciones que aseguren la comunicación y contacto con los zoques residentes en espacios urbanos de México y Estados Unidos. Es hora de juntarnos como pueblo.

Buscamos construir nuestra propia salud, generando huertos medicinales que no solo busquen la producción de plantas, porque ante todo buscamos consolidar el intercambio de conocimientos propios para reforzar nuestro sistema inmunológico.

Nosotros lo tenemos claro y sabemos que nuestro horizonte de lucha es seguir produciendo la vida vinculada con la madre tierra, tanto en el campo como en la ciudad. Es así que hacemos un llamado a descolonizar la geografía y la mirada impuesta por el invasor, la cual nos impide reconocer la larga existencia histórica de nuestro pueblo quien hasta ahora suma 3600 años de existencia como civilización zoque.

Reiteramos nuestro compromiso por seguir hablando la lengua del pueblo que somos y, de igual forma, reconocemos la capacidad que los zoques han tenido para aprender otras lenguas, entre ellas español e inglés, demostrando cómo los zoques tienen una visión intercultural que se afianza en revalorar lo propio y desde ahí planear un diálogo con la humanidad entera.

Refrendamos el compromiso que tenemos como pueblo creyente zoque para defender la casa común que se exige desde la encíclica Laudato Si emitida por el Papa Francisco hace unos años. Por lo tanto las parroquias están comprometidas a sumarse a la defensa del territorio.

Hacemos un llamado a seguir organizados para sostener una lucha larga para defender los territorios. Sabemos que el camino no será fácil, pero confiamos que la dignidad, la memoria y la resistencia sigan siendo alentadas. Hoy como antes, hemos decidido no vendernos, no traicionarnos y no claudicar.

Atentamente


Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, Chapultenango, Chiapas

Mujeres defensoras de Nasakobäjk

Atención Primaria de Salud APS “wabä ijtkuy”

Integrantes de ZODEVITE

Centro de Lengua y Cultura Zoque

Chapultenango, Chiapas, México

3 de abril de 2022



Comments


bottom of page